Hay dos cosas por las que sentimos absoluta debilidad: la naturaleza y el street art. Si además dan lugar a un binomio tan colosal, curioso y espectacular como el que han conformado en esta intervención urbana, no podemos más que sucumbir a su belleza.
Imaginad que todos los muros, los edificios o las viviendas se vieran invadidos por un ejército de flores gigantes que producen un efecto óptico y una sensación tridimensional totalmente real. ¿No sería una fantasía?