-Espera a que lleguen al centro del campo, que no puedan huir-susurró el teniente.
El soldado Romualdo tenía la cabeza del chico en el centro de la mirilla telescópica. Podía observar el blanco de sus dientes que brillaban al sol de aquellos campos de lavanda, en la llanura andorrana. Después cambió a la chica lentamente. Ojos enormes y una sonrisa maravillosa.
-Un trípode. Van a echarse un selfie los dos juntos-dijo Romualdo.
-No los pierdas de vista.
El chico cogió la cámara y se agachó para tomarle unas fotos a la chica.
-Apunta a la cabeza-ordenó el teniente mientras los seguía con los prismáticos.
Romualdo tenía en el centro de la mirilla la cabeza de la chica. Una caricia en el gatillo y los sesos de la instagramer quedarían esparcidos por las flores de lavanda en un reguero de 10 metros.
-¡Está haciendo el signo del corazón con los dedos, hija de p...! ¡Dispara ya!
-No puedo...
-¿Qué es eso de que no puedes?¿Quieres que tus futuros hijos sean influencers? ¿Qué hagan podcasts? ¿Te imaginas que tu hija se hace coaching de emprendedores? ¡COACHING, JODER! Obedece mis órdenes o atente a las consecuencias...
Romualdo seguía a la chica con la mirilla. Ese tatuaje con un ukelele en el cuello...su tez marmólea contrastando con el color de la lavanda...
-¡Solo quieren que los quieran!
-¿Que los quiera quien?
-Usted nunca lo entenderá...-y Romualdo comenzó a llorar.
-¿Pero qué estoy viendo?-gritó iracundo el teniente, sin soltar los prismáticos-¡Están haciendo una coreografía! ¡DISPARA A MATAR!
-¡No!
El teniente se lanzó sobre Romualdo y rodaron por el suelo, luchando por el fusil. Por fin, el teniente logró arrebatárselo y golpeó a Romualdo con la culata en la cara.
-¡Tendré que matarlos yo!
-¡No lo haga!-dijo Romualdo, palpándose la nariz llena de sangre.
-¡Eres un cobarde. Romualdo!-y el teniente deslizó el dedo hacia el gatillo, dispuesto a pegar el primer tiro.
-Hace años que nadie me llama Romualdo. Suscribiros a mi canal de Twich: @romagallardooficial
El teniente dejó de apuntar a la pareja para mirar alucinado al soldado, sin advertir que este movía lentamente la mano hacia su funda del cinturón.
-¿Suscribiros? ¿A quién coño le estás habland...?-el teniente no pudo acabar la frase. La bala atravesó el ojo derecho.
La pareja seguía con la coreografía y el sol se ponía sobre el campo de lavanda.
Maluma cantaba:
"Mami fuera likes y apariensia,
la alegria es sensilla siensia:
aléjate del guapo gregario,
que confunda vida y escenario"