Debatía ayer con otros meneamtes la conveniencia de cerrar el transporte público por completo y me argumentaban que eso podía ser peor, ya que impediría a parte del personal desplazarse a sus puestos de trabajo.
Ayer disentía y hoy más aún.
Lo más importante es saber diferenciar los fines de los medios y aplicar todas tus energías al cumplimiento de los fines. En esto y en todo. Es una norma universal en la vida.
El fin no es que la economía siga funcionando, ahora mismo. El fin ahora, es detener la epidemia, y si hay que ir a buscar a los médicos en coches patrulla, o en tanquetas, se va. Pero hay que cerrar el metro, los cercanías y los autobuses. Hay que suspender el trabajo y ordenar a la población que permanezca en sus casas. Y he dicho ordenar.
Cerrar colegios y museos es una soplapollez si el principal lugar de hacinamiento sigue funcionando. Metro de Madrid puede dar la cifra de usuarios de hoy, y seguro que es espantosamente alta. La EMT puede dar esa cifra, y seguro que mete miedo.
¿De verdad sabemos cual es el fin? ¿De verdad las autoridades lo han identificado de manera inequívoca? No lo parece. Mantener vigentes las jornadas laborales y operativo el transporte publico es una puta locura.
Esto es un estado de emergencia. Todo el mundo a sus casas y cierre del transporte colectivo. Es imprescindible. Porque el fin no es que la vida normal siga, sinoq ue la epidemia pare cuanto antes.
Peores que los que creen que el fin justifica los medios son los que no tienen ni puta idea de cual es el fin, y utilizan los medios equivocados. Mucho peores.