El siguiente artículo lo escribo bajo petición de @Mysanthropus, después de contarle unas anécdotas en un enlace que envió sobre Asimov, uno de los autores que más he disfrutado leyendo y releyendo.
Como es un artículo sobre un escritor de ciencia ficción, diré que escribo estas palabras para que no se pierdan como lágrimas en la lluvia (aunque la frase no tenga relación con él) , esperando que un día en una conversación podáis hacer que estas anécdotas surjan de nuevo y no mueran. Seguramente no llegue a portada y sean pocos quienes la lean, pero sólo se necesita uno para mantener un recuerdo, que no es de mis anécdotas, sino un recuerdo de aspectos desconocidos de Arthur C. Clarke.
Tenía una web (Astroseti) en la que hacíamos traducciones de astrobiología. Astrología no, ASTROBIOLOGIA, que básicamente es una metaciencia, es decir que coge las partes de biología, geología, química, astronomía, física, etc. que están relacionadas con el origen de la vida o su posible distribución por el universo.
El caso es que la web se hizo popular y organizamos un concurso de relatos para los usuarios que tuvo una breve duración, pero que es el origen de este artículo. Al premio le llamamos Marcianito de Oro, y a mi se me ocurrió empezar dándoselo de forma honorífica a mi escritor favorito : Sir Arthur C. Clarke
Quizás hayáis oído hablar de su novela 2001 Odisea en el Espacio, y su adaptación al cine por Stanley Kubrik :D
Busqué su dirección y le escribí para otorgarle el premio. No esperaba ninguna respuesta a un premio tan chorra que no tenía ninguna dotación y ni siquiera le enviaba un diploma. Era algo puramente simbólico, para que el ganador tuviera el mismo premio que había tenido Arthur C. Clarke (osea, una ida de olla mía).
Ya sabía que Arthur C. Clarke estaba muy mal de salud, afectado por la polio, y en mi búsqueda de su dirección había leído que en realidad siempre se recibía una carta estándard mecanografiada de la secretaria diciendo que debido a su estado de salud Sir Arthur C. Clarke lamentaba no poder contestar.
Envié la carta dándole el premio, y no esperando respuesta lo olvidé.
Pasado un tiempo recibo una carta con el sobre manuscrito. Ni se me ocurrió pensar que fuera la letra de Arthur C. Clarke, así que abrí el sobre y lo tiré. No, es broma, menos mal que no lo tiré, no me lo habría perdonado. Dentro estaba efectivamente la carta mecanografiada de la secretaria, pero con partes tachadas y escritas a mano por él.
Debajo os incluyo la carta, pero básicamente, además de personalizarla con mi nombre, me cuenta que él estaba en Barcelona cuando le despertaron en el hotel porque los rusos habían lanzado el Sputnik. También cuenta que subió a lo alto de la obra maestra de Gaudí (que se entiende es la Sagrada Familia)
A pesar de su enfermedad mi carta le trajo buenos recuerdos como para hacer el esfuerzo de contestarme personalmente, y además me cuenta donde estaba en un momento histórico !!
Aunque yo ya había leído algunos de sus libros, la verdad es que no tenía ni idea de su vida, así que pensé ¿Qué hacía Arthur C. Clarke en Barcelona en 1957?
Vivía en un pueblo a unos 40km de Barcelona así que cogí un tren y me fui a la hemeroteca de La Vanguardia y me puse a buscar la fecha del lanzamiento del Sputnik, un par de días antes y después. Esperaba encontrar alguna nota sobre una firma de libros del “insigne escritor” y pasé toda la mañana, pero la verdad es que no encontré ninguna mención a él. Claro, porque él entonces no era un (tan) famoso escritor, y era ingeniero aeroespacial. Pero hablaban de un congreso, y del Sputnik, claro.
Hablamos de ser ingeniero aeroespacial en una época en la que nada había ido al espacio. 1957 fue declarado Año Geofísico Internacional, y por eso había un congreso mundial en Barcelona en el que se debatía el uso de satélites, y Arthur C. Clarke era parte de la delegación británica. Precisamente como estaban todos reunidos en Barcelona los rusos decidieron lanzar el Sputnik y darles un zasca. Supongo que ese aspecto de Barcelona en la historia espacial es poco conocido, pero ese es el motivo por el que el Sputnik se lanzó entonces, y no antes o después, no porque estuviera Arthur C. Clarke, que era sólo uno más, sino porque estaba aquí reunida la flor y nata de la ciencia espacial occidental. Esto me chocó bastante porque suponía que en el año 57 en pleno franquismo de posguerra España era un país bastante repudiado internacionalmente.
Ahora ya sabía porqué el Sputnik despertó a Arthur C. Clarke en un hotel de Barcelona.
Fue a Arthur C. Clarke a quien se le ocurrió que con 3 satélites orbitando la Tierra a una cierta distancia, podrían “verse” entre sí y hacer de repetidores de telecomunicaciones en lo que se llama órbita de Clarke, pero seguramente la conozcáis más como geoestacionaria. También popularizó el concepto de ascensor espacial en su novela Las Fuentes del Paraíso.
Años más tarde me sucedió otra cosa relacionada con él. La web seguía adelante, y el Instituto de Astrobiología de la NASA en agradecimiento por las traducciones (no nos pagaban dinero, sólo pegatinas y diplomas) nos invitó a ir a San Francisco a un congreso de astrobiología : AbSciCon 2004. El viaje nos lo pagábamos nosotros (Íbamos MaikeNai de Naukas y yo), pero podíamos dormir dentro de la NASA en una especie de hotel sencillo que tienen para visitas y asistir al congreso.
Fue una semana y daría para contar muchas cosas, pero lo que interesa aquí es la anécdota de Arthur C. Clarke.
Tras las conferencias a la noche tocaba relax, y una de las noche fue “Noche de Ciencia Ficción”, con una mesa de debate en la que estaban Kim Stanley Robinson, Greg Bear y un guionista de Star Trek.
Nos pusieron un capítulo de Star Trek Voyager en el que una especie alienígena halla unos huesos humanos en una cueva y dicen “Llamen a los exobiologos!!”. Hubo muchas risas porque, claro, en ese congreso casi todos eran exobiologos (otro término para astrobiólogos).
Después de ver el capítulo venía el plato fuerte , que era una videoconferencia con Arthur C. Clarke, desde su casa en Sri Lanka.
Sí, hoy cualquiera hace una videollamada por whatssapp o una multi por Zoom, pero hablamos de 2004, en la NASA, e iban a contactar con Arthur C. Clarke en Sri Lanka !! Estábamos alucinados.
Pero supongo que ser 2004 pesaba más que ser la NASA. La pantalla estaba en negro y nosotros le oíamos a él, pero el ni nos oía ni nos veía, así que lo que él decía era algo como :
- Hola, Hola !!! Pero que mierda es esta !!!!
Fue un momento muy divertido: Nuestro ídolo empezó a soltar tacos a una audiencia de científicos pensando que no le oían. Como no era muy buena imagen para la tecnología de la NASA, cortaron al cabo de un minuto, y nos quedamos con las ganas de verle.
Lamentablemente en Marzo de 2008 finalmente nos dejó. Al menos yo sé que recordaba donde estaba cuando lanzaron el Sputnik, que subió a la Sagrada Familia y que un día se puso a decir tacos en la NASA haciéndonos reir a los presentes, y creo que son cosas que nos hablan de la persona más allá de la lista de libros que haya publicado.
Nota: En la versión española de su biografía en la wikipedia sale que estaba en Barcelona cuando el lanzamiento del Sputnik, pero no en la inglesa. No puedo afirmarlo, pero seguramente la editó alguien que conoció esta historia. La conté en 2008 cuando falleció el escritor. Si es así, gracias a quien fuera.