Perdonadme por el experimento: mi amigo el burlador de la ley sólo existe en nuestro debate

Se ha liado una buena con el último artículo que he publicado www.meneame.net/m/Artículos/llevo-saltandome-confinamiento-desde-prim el cual, para mayor gloria de las arcas de @dseijo, lleva ya unos 20.000 clicks. Quería que pasaran 24 horas hasta confesaros la verdad, a fin de que floreciese un profundo debate sobre las claves de lo que mi personaje representa.

Efectivamente, mi amigo no existe. Muchos de los que me leéis os habéis dado cuenta de que la redacción del mensaje coincide con mi estilo. No existe, y tampoco es un relato autobiográfico. Pueden dar fe de ello algunos meneantes que han estado en mi casa, como @rusadir, y que saben que vivo en el centro de mi ciudad, pegado a una de las carreteras principales por la que pasan centenares de coches todos los días (y, en la actualidad, decenas de coches de la policía, hasta el punto de que casi todas las veces que me asomo a la ventana veo uno patrullando). En dicha tesitura, saltarse el confinamiento es misión imposible.

¿Por qué me inventé al personaje? Por esto www.abc.es/opinion/abci-francisco-soriano-carta-hombre-mayor-y-enfermo y por esto www.20minutos.es/deportes/noticia/4194309/0/atletas-runners-correr-cor Los franceses no han dejado de disfrutar de su derecho a salir a la calle (aunque sea media hora para estirar las piernas) ni un solo día, pese a que allí la pandemia ha atacado casi con idéntica dureza que en España. Y los españoles que por edad, tamaño exiguo de su casa y otros motivos están pasando un infierno al no poder moverse de su hogar durante 2 meses, me hacen pensar que la solución francesa era muy razonable, y que en España no se han tenido en cuenta los estragos que para estas personas está causando el confinamiento.

También me lo inventé porque, desde mi casa, recibí numerosas fotos (aparte de las que salían en prensa) del cachondeo que se montó con la salida de los niños en el centro de mi ciudad. Corrillos de padres sin mascarilla, críos jugando en grupo...y apostaría a que entre esa gente había no pocos talibanes del confinamiento, pero que carecen del suficiente juicio como para impedir que su hijo toque con las manos un balón que ha rodado por el suelo o para llevarle a una calle desierta en lugar de al sitio donde se hacina todo el mundo.

En suma, quería generar un debate más allá del dogmatismo del "la ley es la ley y quien sale a la calle media hora a dar una vuelta a la manzana es un asesino". Porque los franceses lo hacen y no lo son. Porque no es lo mismo que un anciano se ponga una mascarilla y salga a dar una vuelta solo, que arremolinarse en un lugar atestado de gente. Porque a mí, sinceramente, me da igual que ese anciano se dé un paseo aunque yo no pueda, ya que no genera riesgo para nadie. Pero me preocupa que manadas de borregos se junten sin mascarilla y a dos palmos en cuanto les dan la menor opción, pese a que tienen la posibilidad de ir por calles adyacentes sin correr ese peligro.

En este país nos hace falta mucho espíritu crítico y mucha tolerancia. Y por ese motivo me he permitido mentiros, por lo que ahora os pido disculpas. Los cientos de comentarios que lleva el tema son un interesante reflejo de nuestra sociedad, y eso es esperanzador, porque hay algunos dignos de enmarcar, como el de @marionetto:

El mensaje que da el artículo es lo importante.

Es preferible un individuo que se salta el confinamiento pero usando la cabeza y evitando en toda medida la posibilidad de contagio, a el individuo que solo se atiene a la norma por la norma, y en cuanto se lo permiten va de cabeza a contagiarse y contagiar. Eso sí, cumple y hace cumplir.

Observamos otras medidas mas tolerantes aplicadas en paises Europeos y que apelan al sentido común del personal para no contagiarse. Pero España es diferente, sí.

Lo dicho, mil perdones y os prometo que no volveré a mentiros aunque el fin pueda merecerlo.