Pablo, para ya con el maldito spam, que somos adultos y nos cabreas

En las últimas primarias de Podemos he decidido no votar por diversos motivos. El primero es que me parece muy sucio exigir (entre otros requisitos) recoger 1000 avales en 5 días para poder participar. Este artículo resume muy bien los requisitos que debía cumplir quien quisiese participar www.eldiario.es/politica/Podemos-candidatos-primarias-inscriban-partic

El segundo motivo es que nunca votaría una lista encabezada por quienes restringen la participación de la militancia de un modo tan injustificado y cobarde. Pese a controlar el aparato del partido de forma absoluta, parece que Pablo tiene miedo de que alguien pueda organizarse y capitalizar el descontento de la militancia, poniendo en riesgo su hegemonía. Eso, teniendo en cuenta la posición de fuerza que le da su dominio absoluto sobre el aparato de Podemos, es tremendamente cobarde.

Pues bien, me están lloviendo sms y mails enviados desde la cuenta oficial del partido que, machaconamente, me insisten en que vote. El penúltimo fue el mail de la tontería de la carta de Aznar, y el último uno que habla de Rivera y Rajoy ¿No se dan cuenta de que con esa estrategia no convencen al abstencionista y sólo consiguen cabrear más al que se planteaba si votar o no, haciéndole optar por la abstención? ¿No se dan cuenta de que a los adultos BASTA CON PEDIRLES LAS COSAS UNA VEZ y dejarles libertad para que tomen su decisión? ¿No comprenden que inundar de propaganda barata y carente de ingenio las cuentas del personal, sólo muestra su desesperación por la desafección de los militantes y la nimia participación que está habiendo en los últimos procesos internos?

Estuve en Podemos desde pocos meses después a su fundación. He visto irse a decenas de personas valiosísimas y desinteresadas, que esperaban un partido limpio y respetuoso con la inteligencia de sus militantes. Han sido sustituidos por trepas, hooligans y estómagos agradecidos que sólo aspiraban a obedecer órdenes a cambio de un cargo remunerado. Esa fauna que ahora ocupa los espacios de tantos militantes decentes jugaba con ventaja: ellos nunca dimitirían por cuestiones éticas, nunca tendrían reparos morales, nunca sentirían dolor por las cosas que no funcionan en el partido ni por la pérdida de fe de los ciudadanos en el proyecto. Ellos sólo quieren chupar del bote. Por eso pueden usar sus infinitas horas de tiempo libre y sus inabarcables tragaderas para cansar y aburrir a quienes quieren cambiar el país...hasta que se van.

La dirección de Podemos tiene un grave problema: subestima la inteligencia de sus militantes y votantes. Piensan que con ridiculeces como la carta de Aznar o el referendum del chalet pueden tapar todos los trucos sucios (el último es el de los 1000 avales en 5 días para competir con Iglesias), abusos de poder y ataques a la diversidad y la democracia interna que están hundiendo el partido. Pero la gente es más lista de lo que parece, y el marketing barato no hace sino cabrearla más.

Es cierto que las propuestas políticas de Podemos son las menos malas en cuanto a reparto de la riqueza y justicia social. Pero hay algo de lo que sus dirigentes no se dan cuenta: mucha gente vota en gran medida con el corazón. Si el candidato les parece falso, inmoral, taimado, hipócrita, prepotente, autoritario...esa antipatía hará que no le voten aunque, usando el cerebro, su programa sea el menos malo. E Iglesias y su gente, acto tras acto, están provocando cada vez más desafección. Cada nuevo mail o sms repitiéndote machaconamente "VOTA, VOTA, VOTA" es un peldaño más en su descenso hacia la irrelevancia.