( ésta es la continuación de "Me llamo Tomás", que puedes encontrar en old.meneame.net/m/Artículos/me-llamo-tomas )
- "Me llamo Tomás", me dice alegremente el señor, ante la mirada incrédula de mi novio, mientras el señor clavaba su severa sonrisa en mi tez.
- "Anda, Raúl, paga y vámonos", digo a mi novio, un poco aturdida e incrédula, mientras mi novio seguía con su cervecita, también sonriente y sorprendido ante lo absurdo de la situación.
- "Me llamo Tomás, y soy alquimista de perfiles profesionales", me dice a bocajarro el misterioso señor.
- "Muy bien, Tomás... Raúl, ¡nos vamos!", digo ya un poco molesta ante lo extraño y crecientemente incómodo de la situación.
- "¿Te vas?", pregunta el susodicho Tomás. Yo me quedo mirándolo, y le frunzo el ceño. En ese momento pasa por mi cabeza una idea extraña: escupirme en la mano, ofrecérsela y soltarle sonriente: "¡Yo soy Marta!". Rápidamente desaparece semejante idea de mi cabeza.
- "¿Por qué has pisado la cucaracha?", le pregunto a Tomás, un poco extrañada ante mi espontánea y valiente pregunta.
- "Estaba sedada", dice Tomás.
- "¿Pero tú quien eres?", le pregunta Raúl a Tomás, ante mi atenta mirada.
- "No estoy hablando contigo", le responde Tomás a mi novio.
- "¡Cucha el colega!", le espeta mi Raúl andaluz, que empieza a ponerse visiblemente alterado.
- "!Anda y tira de aquí!", Raúl empieza a perder los papeles, como viene haciendo últimamente...
- "Espera, Raúl, a ver qué quiere. ¿Estaba sedada quién?"
- "La cucaracha, estaba sedada", dice Tomás mientra deja de esbozar lentamente su sonrisa.
- "¿La cucaracha estaba sedada?", le pregunto.
- "Sí", me responde.
- "¿Y por eso la has matado y has hecho esa guarrería con tu saliva y el palito?", vuelvo a preguntar, amante yo de las formitas de vida indefensas.
- "Sólo era una cucaracha, y además estaba sedada", responde Tomás el Raro, al que empiezo a notarle un también raro acento en su habla, como francés.
- "¿De qué os conocéis?", insiste mi novio, esta vez algo paranoico.
- "Todo es un montaje, una ilusión, una farsa. Y esto es tu primer encuentro", me suelta Tomás ante mi novio, ojiplático esta vez.
- "¿Un encuentro? ¿De quién?", le pregunto a Tomás, pensando yo que simplemente estaba tratando con un trastornado mental.
- "Entre tú y yo", me dice Tomás, cada vez más serio.
- "¿Y quién eres tú?", le pregunto mirando directamente a sus ojos.
- "Ya te lo he dicho, me llamo Tomás Lemaire", me responde.
- "¿Y por qué nos saludas a nosotros?", le inquiero a Tomás Lemaire.
- "Me llamo Tomás Lemaire, lo que has visto de la cucaracha y demás era sólo para captar tu atención e introducirte en esta conversación. Esto es, como te he dicho, un encuentro."
( continuará )