Leticia Dolera y la autocrítica feminista

Tras las noticias de estos días muchas feministas de a pie (con pocos seguidores) se han apresurado a "expulsar del feminismo" a Leticia Dolera. Si miramos las redes de feministas más famosas con muchos seguidores, sólo una minoría ha hecho comentarios o retuiteado la idea de que lo que ha hecho Leticia "no desprestigia a todo el feminismo", dando a entender que sí le desprestigia a ella y por lo tanto rechazan lo que hizo. Y la mayoría de redes feministas importantes han callado sin decir nada, seguramente también con la idea de "no desprestigiar más al feminismo".

La verdad es que lo que hizo Leticia es algo totalmente normal, ya que nadie con dos dedos de frente asumiría esos sobreesfuerzos y gran cantidad de gastos extra, cuando es fácil sustituirla por otra persona que no suponga problemas. La decisión hubiera sido la misma si el director hubiera sido un señoro que si la directora hubiera sido cualquier feminista que no le saliera el dinero por las orejas. Y hubiera sido la misma si en vez de una actriz embarazada hubiera sido un actor con cualquier problema de salud que generase problemas de la misma talla. Esos sobrecostes y sobreesfuerzos se asumen solo cuando no hay más remedio porque la actriz ya ha salido en la serie, hay parte grabada, es una superactriz irreemplazable o el embarazo está en los 4 primeros meses. Por lo tanto, la decisión nada tuvo que ver con feminismo o con machismo.

Por lo tanto, este hecho no desprestigia al feminismo en el sentido de que el feminismo es solo para vender libros y pasearse por programas, ni que el feminismo es "consejos vendo y para mí no tengo". Este hecho desprestigia al feminismo hegemónico actual porque demuestra que habitualmente se tachan de machistas hechos que nada tienen que ver con feminismo. Y desprestigia al feminismo hegemónico actual porque nadie importante ha sido capaz de hacer autocrítica, aprender del error y reconocer que a veces se equivocan juzgando cosas por la primera impresión y sin entrar al fondo. A la primera sospecha es machista y el primero que lo ponga en duda ¡Machirulo!