Reconozco que escribo este artículo con gran pesar, puesto que he sido un seguidor de Iker Jiménez desde que prácticamente empezó su andadura en los medios de comunicación, pero me veo obligado a comentar en lo que, en mi opinión, se ha convertido su programa.
Mi admiración por Iker surgió desde que los escuché por primera vez en Milenio 3, en la cadena Ser. No me perdía ningún programa, y todavía se me ponen los pelos de punta si escucho la sintonía de cabecera que sonaba los sábados y domingos por la noche. Iker es, sin duda, uno de los mejores comunicadores que tiene y ha tenido este país, capaz de contar historias como nadie y crear la atmósfera adecuada para atrapar al oyente.
Después dio el gran salto a la televisión de la mano de cuarto milenio, donde durante años también lo estuve siguiendo y donde sí fui percibiendo que la calidad del programa iba disminuyendo poco a poco, siguiendo lo que entiendo que es un proceso natural, después de tantos años, puesto que cada vez es más difícil sacar temas que aún no hayan sido tocados.
En esos últimos años ya noté ciertos tics que aunque no les di por entonces mucha importancia, hoy si me sirven para entender muchas cosas. Recuerdo un programa en el que se habló de la figura de J.A. Primo de Rivera, con un halo de misterio hacia su persona casi místico, acudiendo un experto en su figura a hablar de él www.cuatro.com/cuarto-milenio/programas/temporada-10/t10xp24/misterios.
Más tarde, Iker comenzó a realizar editoriales al final del programa, y recuerdo como hubo un día en el que trató la crisis de refugiados, hablando de lo "políticamente correcto", dejando caer que los medios ocultaban la nacionalidad de los violadores, y soltando argumentario de Vox, eso sí, siempre de una manera indirecta, que no se le pueda acusar directamente de posicionarse, pero que obviamente para cualquiera avispado es una posición clara, con el agravante de ser más cobarde en negarla bajo una falsa imparcialidad. www.elconfidencial.com/television/2016-01-19/iker-jimenez-polemica-cua
Tras unos años de desconexión, volví a seguirlo con la pandemia, y he de decir que en su momento lo tomé casi como un referente por su tratamiento sobre el coronavirus cuando el resto de medios ninguneaban el tema. Pero mi vuelta a él duró poco. Enseguida empecé a percibir la politización encubierta de sus programas, llevar a invitados que mostraran la opinión que él no se atreve a dar, crear debates tendenciosos y escorados siempre hacia donde él quiere, sensacionalismo a raudales, etc.
Poco a poco, su programa Horizonte se ha convertido en el altavoz de las teorías de la ultraderecha; inmigración, virus creado por los malos comunistas chinos, persecución a los youtubers por parte del gobierno malo que te roba a base de impuestos, gestión pésima de la pandemia siempre centrada en el gobierno central, conspiranoias constantes, etc. En el último programa se llegaba a afirmar por parte de un invitado, que la ultraderecha en España no existe, se hacía mofa del buen vestir de las ministras de izquierdas o se criticaba a los sindicatos. Todo esto en un programa que no se define como político, porque si así fuera, se podría entender, y todos sabríamos donde situarnos, pero se trataba de un programa de misterio, donde ahora los que te hablaban de misterio te meten su idología poco a poco pero diciéndote que ellos son apolíticos, "ni de derechas ni de izquierdas".
Curioso además la victimización constante de eregirse como el único espacio donde se habla sin tabués y sin censura, cuando tiene un programa en horario de máxima audiencia en una de las principales cadenas de televisión de este país. El típico discurso sectario y manipulador.
Lo peor es ver gente cercana que ha pasado de ser progresista y de izquierdas a defender el argumentario de Vox teniendo a este programa como el referente de la verdad absoluta y viéndolo como el católico que escucha la omilía de los domingos.
La peor manipulación es la que se hace de manera sutil e indirecta, por que es la más difícil de detectar. Sé que no soy el único que se ha percatado de esta deriva del programa, pero creo que son muchos más los que no se han dado cuenta todavía y es necesario llamar a las cosas por su nombre.