Hace tiempo subí este enlace a Escombrillos, pues creo recordar que por aquel entonces el apartado de artículos no existía aún en este sitio.
Fué un caso que me pillaba muy cerca y en aquel escrito denunciaba un delito ecológico perpetrado por un energúmeno que una buena mañana se levantó de la cama, cogió su motosierra y su garrafa de Roundup, viajó a lo largo de un bosque de robles un mínimo de siete kilómetros por pistas de montaña y una vez allí, envenenó con un chutazo de glifosato a un árbol que estaba catalogado como "Árbol singular de Extremadura" .
Al poco tiempo de escribir aquello, alguien lo leyó, aquí o quizás en otro sitio y el caso dentro de lo que cabe se hizo bastante viral a nivel regional. Salió publicado en varios lugares y su voz hasta llegó hasta nivel mediático nacional, cosa ya de mérito.
Ya han pasado al menos cuatro años o más, no recuerdo bien, últimamente me falla bastante la memoria y de un tiempo a esta parte me da la sensación de que el tiempo corre más deprisa que de costumbre .
El caso es que los autores de semejante tropelía siguen impunes y campando a sus anchas. Esto es un sitio pequeño y hay más que sospechas de los causantes, pero como casi todas las cosas de la vida, el tiempo va borrando los recuerdos poco a poco.
Hoy hemos amanecido con la noticia de que el gran gigante se ha desplomado, ha sucumbido, no ha podido más con el peso de su esqueleto, su inmensa mole ha sucumbido a la gravedad, en el doble sentido de la palabra.
Y como todo en la vida, su sitio en un futuro será cubierto por otro robles más jóvenes, pugnarán durante siglos cual será el más fuerte.
Sus restos servirán de alimento en forma de materia orgánica para las otras generaciones venideras.
DEP Roble grande de la Solana.