El maravilloso "Get back" recoge imágenes inéditas de los Beatles. Muchas de ellas en pleno proceso creativo.
Más allá del morbo de ver a la banda más importante de la música contemporánea en los albores de su descomposición afectiva (Yoko ya pululaba por allí), lo que realmente me impresiona es presenciar el estado de gracia de 3 monstruos compositivos y un cachondo que coincidieron en tiempo y lugar. Tardaremos milenios en ver algo así, si es que la capa de ozono lo permite, cosa que dudo.
En el segundo 45 del video podemos ver como McCartney crea de la nada "Get back". Lo que en un principio comienza como una melodía difusa, acaba convirtiéndose, solo en el tiempo que tardas en mear, en una de las canciones más importantes de la historia de la música contemporánea.
Este documental duele también porque uno no puede dejar de pensar en qué habría surgido de estos cuatro si hubiesen seguido aguantándose un poquito más. Lo dejaron prácticamente en la cresta de su ola creativa, después de 4 discos antológicos consecutivos, repletos de hits y con un estilo en franca evolución.
Por separado, salvo algunos picos excelsos de Lennon y Harrison, y alguna cancioncilla de McCartney, nunca volvieron a ser lo que fueron.
"Get back" es, probablemente, uno de los documentos más extraordinarios de la historia de la música. El talento de tres genios irrepetibles, en su momento álgido, jugando, encajando, conectando, creando cosas eternas, mientras alternan cafés, cervezas, chistes estúpidos y conversaciones banales. La magia de lo sagrado surgiendo entre 4 sillas y unos cuantos instrumentos.
Qué puta gozada.