La verdad que paso bastantes horas en LinkedIn. Como bien sabéis en esta red social hay dos quejas generales sobre el funcionamiento del mercado de trabajo que se repiten recurrentemente:
- Gente joven recién salida de las universidades o centros de formación que llevan meses (o años) echando currículums, haciendo cursos y, en definitiva, haciendo todo lo que recomiendan para encontrar trabajo sin éxito.
- Personas al final de su vida laboral que, tras unas carreras más o menos exitosas, se encuentran en desempleo y les resulta imposible incorporarse de nuevo al mercado laboral.
Normalmente la respuesta de las personas de esta red suele ir desde dar ánimos de todo a cien (todo saldrá bien, eres un grande sigue así, etc.), dar consejos voluntaristas pero poco concretos (se que en no se que empresa buscan a gente, igual te vendría bien hacer un curso de X (inserte tecnología molona aquí), empatizar con la persona ampliando la queja (yo llevo no se cuanto y nada) o autobombo de personas que se dedican de una u otra forma a los RRHH (pásate por mi canal que voy a hacer una sesión de coaching y marca personal).
Lo que quizás no se analiza es que no hay suficiente músculo industrial en España como para asumir a la totalidad de oferentes de empleo.
En este sentido, quiero repasar un concepto que descubre Marx en el capital (marxismo y linkedIn en un mismo artículo, si) el del ejército industrial de reserva sobre el que Marx reflexiona así:
La acumulación capitalista produce de manera constante, antes bien, y precisamente en proporción a su energía y a su volumen, una población obrera relativamente excedentaria, esto es, excesiva para las necesidades medias de valorización del capital y por tanto superflua. A todo capitalista le interesa, de manera absoluta, arrancar una cantidad determinada de trabajo de un número menor de obreros, en vez de extraerla, con la misma baratura e incluso a un precio más conveniente, de un número mayor. Cuanto más amplia sea la escala de la producción, tanto más determinante será ese motivo. Su peso se acrecienta con la acumulación del capital
Es decir, el propio funcionamiento del sistema implica que con cualquier desarrollo tecnológico o en evolución de sus propios procesos de funcionamiento va a deparar: A) Un empleo menor de fuerza de trabajo y B) Un abaratamiento de los costes en RRHH.
¿Qué tiene que ver este concepto con los dos perfiles que he mencionado antes (talento senior y jóvenes sin oportunidades)?
Al existir en cierto tipo de perfiles mucha mano de obra disponible (ejército industrial de reserva) los trabajadores jóvenes no resultan a priori atractivos más que para ofrecer mano de obra muy precarizada y ultracompetitiva (lleva compitiendo en formación y experiencia desde el final de su etapa universitaria) y, los trabajadores senior resultan muy caros, tienen mayor % de absentismo y se les presupone cierta inflexibilidad y una falta de competencias necesarias para el mercado de trabajo actual.
Obviamente las empresas no son ongs y evidentemente son perfiles de trabajadores que pueden desechar, ya que hay miles de oferentes de trabajo que si encajan con sus percepciones. Por lo que se hace necesaria más inversión pública en aquellos sectores en los que somos talentosos pero que no hay tanta demanda privada, aunque sea por rentabilizar la inversión educativa realizada como país que se hace por cada trabajador. Si no la aprovecharán terceros países con sectores productivos más dinámicos.