Dice Pablo Iglesias en su podcast justo el día después de las elecciones, a consecuencia de la pérdida de escaños de los partidos a la izquierda del PSOE, que "[...] me toca respetar el tiempo de reflexión de las compañeras y compañeros que están al frente. Quien busque en mis palabras la excusa para hacer titulares que hagan daño a la izquierda o sembrar la cizaña no lo va a conseguir". Una forma sutil de decir que no va a hacer autocrítica para que "la derecha" no pueda hacer sangre de los resultados. Éste es el nivel.
Cada vez se hace más evidente que esta izquierda moderna no quiere ganar elecciones. Que mantienen una ideología fija e inflexible y se retroalimenta con sus votantes fielen que coinciden con dicha ideología, para mantener ciertos escaños en el congreso, en beneficio del político de turno. Los partidos que ganan elecciones saben cómo traicionar sus ideas para aumentar el nicho de posibles votantes. VOX padece el mismo mal que Podemos; ya han alcanzado su techo de votantes. Una ideología plana, muy escorada a la extrema derecha en lo ideológico y al darwinismo social en lo económico.. Aún así, han ganado votantes gracias a la propaganda sencilla, a su programa monolítico y al populismo exacerbado.
El problema de la izquierda actual no es que no sepa llegar a la gente, sino que no quiere llegar a la gente. Está más preocupada en mantener a sus votantes actuales que en conseguir nuevos votantes. En mantener una "pureza" en la ideología que sólo lleva a más divisiones y conflictos, en mayor dificultad en alcanzar pactos. La candidatura de este año de Por Andalucía se componía de Podemos, Izquierda Unida, Convocatoria por Andalucía, Los Verdes, Equo, Iniciativa del Pueblo Andaluz y Más País. La de Adelante Andalucía, por Anticapitalistas, Izquierda Andalucista, Defender Andalucía y Primavera Andaluza. Por otro lado, el PSOE era el PSOE, el PP fue el PP y VOX era VOX.
Lo peor de todo ello es que los medios de comunicación progresistas están completamente desubicados. Por supuesto, informan y escriben artículos desde una línea editorial de izquierdas, pero o bien acaban siendo apartidistas (ElDiario) o bien terminan siendo groseramente tendenciosos (Público, LUH! Noticias). Diarios como El Mundo, La Razón o el ABC pueden informar de forma totalmente apartidista, basando su línea editorial en una idelogía política... porque no hay muchos partidos que se correspondan a esa ideología política. Sin embargo, el lector de medios de izquierda, acaba con un 'cacao' mental considerable, votando a partidos de izquierda más por fe que por convicción.
La burbuja mediática de la izquierda no es tan grande como la de la derecha, pero es mucho más fuerte, o menos porosa. Ésto es resultado directo de lo mencionado anteriormente: mientras que la derecha y "el centro" están abiertos a modificar sus postulados para atraer a los electores, la izquierda se resiste a ello. Moral por encima de practicidad. Es loable, pero es inefectivo. Y las burbujas mediáticas de la izquierda sólo sirven para reducir el espacio y aumentar el eco, haciéndolo cada vez más minoritario.
Y, en esta perspectiva, es cuando conviene analizar esos medios de comunicación. En este caso, voy a utilizar tres ejemplos.
Por una parte tenemos el ABC, que desgrana los votos a diferentes partidos en comparación con las elecciones del 2018. En la leyenda, se puede observar la metodología utilizada para comparar los resultados de Adelante Andalucía y Por Andalucía.
Por otra parte tenemos a ElDiario, que hace un análisis pormenorizado con porcentaje de votos y provincias:
Y por otra parte tenemos a Público, para los que, en 2018, directamente, no existían estos partidos, y no hay nada que comparar. Un triunfo supremo de la izquierda, obtenido de la nada.
Pero la realidad es la siguiente:
- En 2008, Izquierda Unida-Los Verdes obtuvo 317.562 votos, un 7,06%, seis escaños.
- En 2012, Izquierda Unida-Los Verdes obtuvo 437.445 votos, 11,34%, doce escaños.
- En 2015, Podemos obtuvo 590.011 votos, un 14,84%, quince escaños, mientras que Izquierda Unida-Los Verdes obtuvo 273.927 votos, el 6,89%, cinco escaños.
- En 2018, Adelante Andalucía obtuvo 584.040 votos, un 16,18%, diecisiete escaños.
- Este año, Por Andalucía consiguió 281.688 votos, un 7,68%, cinco escaños, mientras que Adelante Andalucía obtuvo 167.970 votos, el 4,58%, dos escaños.
Es con estos datos donde se demuestra el terrible fracaso de la izquierda andaluza., sólo superado por el de Ciudadanos (que era de esperar porque, al contrario que la izquierda y la extrema derecha, que tienen "exceso" de ideología, los de Ciudadanos directamente no tienen y sólo servían de "palanca", una especie de voto en blanco "de centro" que se columpiaba hacia el sol que más calentaba, y el elector, por mucho que se diga, no es idiota).
Se necesita autocrítica, por supuesto, pero el problema es que no hay medio de comunicación, dentro de la burbuja mediática a la que pertenezca, que invite a ello. Todos se limitan a contentar y satisfacer al lector. Si son de derechas, tratarán de mofarse y desprestigiar a la izquierda en base a motivos ridículos y simplistas; si son de izquierdas, tratarán de amortiguarlo, culpar a terceros o simplemente ocultarlo. Y si hubiera sido al revés estaríamos en las mismas. No ha existido medio de derechas que culpase de la pérdida de votos del PP en el pasado a la corrupción flagrante del mismo. Igual que ahora no veremos a medios de izquierda analizando la pérdida de votos de la izquierda en base a sus políticas identitarias, a sus disputas internas y a los bastiones ideológicos que no sólo no terminan por ser aceptados por el pueblo, sino que generan rechazo.
La burbuja mediática es difícil de explotar, pero la burbuja personal es muy fácil de romper. Escuchar más allá de tu propia voz, empatizar aunque parezca injusto. Dar el brazo a torcer para poder agarrar las cosas. No es loable, pero es práctico. Es la política. Y en este sistema, a no ser que pongamos remedio, siempre ganarán los mismos.