Hay una realidad difícil de negar: cuando la gente quiere algo, se busca la vida para conseguirlo. En el caso de la vivienda, tenemos a una gente, los propietarios, que quieren alquilar sus viviendas en un precio determinado, y otro, los inquilinos, que quieren alquilar y quieren que existan pisos en los que poder vivir. Al Gobierno le gusta meterse en medio, de manera que las soluciones las busquen otros, porque crear vivienda pública es cosa de franquistas y parece que tienen pesadillas con la casita aquella metida entre un yugo y unas flechas. Cada cual con sus manías, oye, pero si el sector público no mueve el culo, el sector privado va a resistirse con la creatividad que no tienen los políticos.
¿Por qué no se crea un instituto social de la vivienda a día de hoy? ¿Qué problema habría en crear un parque de vivienda pública para alquilar o vender? ¿Por qué nos cuentan milongas o ponen leyes que enfrentan a unos con otros en vez de ejercer su poder facilitando una solución?
-1 Porque no quieren enfrentarse de verdad a los fondos propietarios. Mola mucho decir que estamos del lado de la gente, pero a la hora de la verdad no queremos movidas con lso grandes. Es todo palabrería. Si de verdad creásemos vivienda pública, la vivienda privada bajaría de precio y eso jiodería irremisiblemente lso balances de los bancos y el tamaño de los sobres. Es lo que hay.
-2 Competencias. La vivienda no es comopetencia del Estado central y cada presindete autonómico y cada alcalde va a cuidar muy bien de sus semilleros y susviveros de corrupción. Si le quitas este alpìste a los tuyos, te van a crucificar. Ni de coña te puedes meter en donde está el verdadero poder y la verdadera panoja. A Franco le importaba un huevo porque no pensaba convocar elecciones, ¿pero cómo te vas a meter tú en una cosa así, si quieres ser reelegido a los cuatro años?
-3 Riesgos de los que no se puede hablar, pero existen. Cuando un casero no cobra o ve como le devuelven la vivienda destrozada, pasa años en juicos, se jode, paga, se vuelve a joder, vuelve a pagar, y al final, de un modo u otro echa al mal inquilino. ¿Pero qué político quiere la foto del desahucio del inquilino público que destroza un piso o no paga? ¿Qué político se resistiría a cargar al bolsillo de todos ese destrozo o ese impago? Al final, lo sabemos, la gente no pagaría, o lo rompería todo, porque la vivienda pública no la defendería casi nadie. Por vulnerabilidad. Porque están enfermos. Porque tienen un perrito. Porque son muy muy negros y echarlos sería racista... Porque son tres lesbianas y un trans y no se les pude oprimir con las facturas... Porque son compañeros, coño.... Por lo que sea. Al final, la vivienda de alquiler público sería un coladero de cojones con unas pérdidas sensacionales que, muy probablemente, se terminaría convirtiendo en una fuente de conflictos y erosión política de quien la crease. Y pasan.
-4 Construir vivienda pública sólo desplaza población de las ciudades medianas a las grandes. Cualquier cantidad de vivienda barata que construyas en Madrid se ocupa automáticamente. ¿Y construyes más al año siguiente hasta vaciar media España? ¿Estamos gilipollas o qué?
Puedo seguir hasta el dioce, pero ya no tengo ganas. La conclusión es simple: la vivienda pública sólo puede construirla quién esté dispuesto a defenderla. Y los políticos no están por la labor. Un dictador puede, porque no da cuentas a nadie, pero aquí nadie quiere ser la madrastra que echa a la gente cuando las cosas van mal. Y sin orden, no hay juguete.