Hace tiempo leí que las torres gemelas no se podían haber derrumbado como hicieron sin una intervención en su base y que podía haber americanos implicados. No quiero alimentar las teorías conspiranoicas, ni dar mucha credibilidad a estas cuestiones si no hay pruebas, pero ya no soy tan ingenuo como para pensar que no hay asesinos de inocentes entre “los buenos” como nos han vendido en tantas películas desde que éramos pequeños. Llevan años lavándonos el cerebro con sutilezas. Recuerdo ver de niño sin cuestionarlo cómo los protagonistas “buenos” americanos mataban muchos “malos” (rusos, sudamericanos, chinos...) cuyas vidas valían claramente menos, porque había una buena justificación. Sabemos que hay muchas personas capaces de cometer atrocidades “por la patria” o por lo que consideran “un bien mayor”. Aún hay quien se cree que "los buenos" son los buenos, y hay que beber de su mano sin cuestionar sus actos y decisiones.
Lo cierto es que desde las torres gemelas veo que se repite una barbaridad que se suele aceptar con normalidad: la justificación de matar miles de civiles para castigar a una minoría terrorista. No voy a entrar en cuestionar si los atentados de las torres gemelas el 11S de 2001 o los del 7 de octubre de 2023 se conocían con anterioridad y se permitieron, o no. Pero hay algo evidente: se han utilizado para justificar invasiones y genocidios, y la mayor parte de la comunidad internacional lo ha aceptado y permitido.
Obviando los intereses económicos y geopolíticos, las invasiones de Afganistán e Irak para combatir el terrorismo no tenían ningún sentido. Fue un castigo colectivo de toda la población de dos países, para eliminar a unos terroristas. Más allá de lo absurdo que resulta si se analiza, no hay que ser muy listo para darse cuenta de que, si lo que se pretendía era terminar con el terrorismo, esta estrategia no ha funcionado, y las consecuencias han sido nefastas para la población civil.
Aún ignorando el contexto de ocupación y colonialismo de Israel (que sin duda no se puede obviar), no tienen ningún sentido castigar a todo el pueblo palestino por un ataque terrorista de Hamás. Sin embargo, los líderes occidentales hablaban del derecho a defenderse incluso después de que Israel cortara el agua y la electricidad, y bombardeara a todo un pueblo. Es evidente que se trata de un genocidio, pero es que la excusa que venden y que Occidente compra, no tiene sentido. Se acepta porque EEUU ha conseguido que lo veamos con normalidad, a pesar de lo absurdo que resulta si se piensa. Es una excusa, pero es que además no tiene sentido.
Es como si después de un atentado de ETA, España hubiera bombardeado el País Vasco durante meses, castigando a toda su población con bombas, sin agua ni electricidad, sin casi acceso a alimentos; y todo occidente hubiera aceptado con normalidad esta estrategia contra el terrorismo. No tiene sentido.