Cada año por estas fechas, pronto el comienzo de la temporada de caza, los medios empiezan a preparar a la población para que vea con buenos ojos algo que muchos rechazan.
Surgen como de la nada noticias y comentarios sobre que hay demasiados animales salvajes que se convierten en una plaga que amenaza las cosechas e incluso las poblaciones, que es necesario ponerles freno matándolos y para esto están los cazadores, para salvar a la sociedad de este gran peligro.
Pues bien, el otro día fui en bici por un valle al que suelo ir pues el paisaje es bastante bonito, me encontré con un chaval que conozco y que vive allí todo el año que me contó que en un lugar en que hay unas pozas del riachuelo los cazadores tiran sacos de maíz para alimentar a los jabalíes y asegurarse su presencia y favorecer que críen y se reproduzcan.
Como me pregunté si esto sucedía solo aquí o era una práctica generalizada hice una búsqueda por internet y encontré una información del Diario de Sevilla que se hacía eco de un estudio de la Universidad de Córdoba en que analizaron pelos de jabalí para saber su alimentación: "de las 7 poblaciones analizadas solo dos tenían una alimentación silvestre. En 4 poblaciones se detectó una mezcla entre alimentación silvestre y otra a base de maíz debido al suministro de alimentación suplementaria como atrayente para poder cazar a los animales y mantener o aumentar las poblaciones para la caza.........a la mayor parte de los jabalíes salvajes se les sobrealimenta con maíz."
Son, pues, los cazadores como el bombero pirómano que contribuye a crear el problema que debe combatir, y las autoridades y los medios mirando para otro lado.