La censura mediática existe pero es mucho más sutil de lo que en principio pudiera parecer. Algunos periódicos, que supuestamente eran el adalid de la libertad de expresión, se han transformado en una inmensa maquinaria de propaganda a sueldo de los idearios de aquellos que los subvencionan; es decir, pagan en especie, o en metálico vía inversión institucional. Sí, algunos lo habrán adivinado, en este caso me estoy refiriendo al periódico El País.
Para hacer este tipo de afirmaciones nada mejor que llevar a cabo una prueba de verificación experimental. Hoy precisamente me han vuelto a “filtrar”, utilizando el perverso término de la nueva neolengua, el comentario sobre un artículo. Sí, sé que era tratar de publicar un comentario caustico, incómodo, hiriente pero lógicamente argumentado y más veraz, puesto que aportaba hechos probados, que algunas de las opiniones que se difunden en ese mentidero. Para ponernos en perspectiva hay que recordar que El País, llegó a ser en algunos aspectos una referencia internacional. Eran días en los que la serie periodistas, que algunos de los que ya tienen ciertos años recordarán, era una de las series con más audiencia de la televisión. En aquellos tiempos se suponía que las opiniones aunque incómodas no eran censuradas.
Por justificar lo que está ocurriendo podría argumentar a la ligera, y con enormes posibilidades de equivocarme, que una de las causas que justificarían la "autocensura" de algunas publicaciones haya sido la llamada ley mordaza. No se crean que fabulo condicionado por la ingestión de alguna sustancia "creativa". La censura es como un virus contagioso que inunda cada vez más y más niveles de libertad de expresión. A esa ley habría que añadir otra ley tácita más etérea pero que está machacando la capacidad de la expresión como arma de insurrección. Me refiero a la ley no escrita de lo políticamente correcto.
Pero volviendo al caso, El País ha involucionado de tal manera que se ha transformado en un líbelo más, a sueldo de los lobbies, que actúa como una fina maquinaria de tribado, acorde con su nueva línea editorial, en su sección de comentarios.
A sabiendas de que no me lo iban a publicar, pues no es la primera vez que me ocurre, había llevado a cabo previsoramente una copia de seguridad que pego a continuación para que se pueda juzgar la incorrección de la opinión allí manifestada.
El artículo periodístico que quería comentar era este:
El temor al desplome electoral se extiende entre los dirigentes del PPCorrespondiente al enlace:
politica.elpais.com/politica/2018/02/27/actualidad/1519756716_914793.h
Y el comentario en cuestión, salvo errores tipográficos que acabo de corregir en una segunda lectura, era este (en un 99% de fidelidad):
“””El PP es un cadáver andante pero sus representantes aún no lo admiten en público. La situación no es que sea preocupante, es que es de un: “sálvese quien pueda”. Las ratas, que son las primeras en abandonar el barco cuando este se hunde, ya han comenzado el ritual trasiego entre el PP y C’s. En cualquier caso, ambos partidos, si no llega a ser por el inconmensurable putridero de nauseabunda corrupción en el que se ha transformado esa organización delictiva, (no lo digo yo, lo dice la UDEF), que se denomina PP, son primos hermanos. Es evidente que se está produciendo un cambio de ciclo provocado casi exclusivamente por el fallecimiento inexorable de los colaboradores necesarios para mantener este chiringuito de depravación contable, sus votantes. Por tanto, la conclusión no puede ser más obvia, y es que estos delincuentes tienen sus días contados. Si a esto le añadimos que algunos de esos colaboradores pensionistas están empezando a experimentar en sus propias carnes las mentiras en su hipotético incremento remunerativo, el recambio se va a hacer más rápido de lo que los M. Rajoy y secuaces desearían para seguir robándonos. ””””
He estado analizando qué comentarios pasan el filtro del censor, ya sea humano o algoritmo informático, y cuáles no.
Es relevante que algunos comentarios podrían inclusive ser mucho más ofensivos que el que califica de ratas a los transfugas, pero en todos ellos hay un patrón estadístico, no involucran a C’s, como aspecto colateral, en el cuerpo del mensaje.
Estoy convencido de estar en una lista negra “gestionada” por un algoritmo informático que avisa al censor humano para bloquear mis opiniones, pues de alguna manera trato de poner en entredicho la obvia línea de predilección política que pone de manifiesto esta publicación.
Querría advertir a los que llevan a cabo lecturas simplistas que la censura es mucho más sutil de lo que podría parecer. Por ejemplo, se permite entrar sin problemas en la dinámica dicotómica del bipartidismo, en el típico argumentario del “y tú más”. De hecho hay mucho intercambio navajero y rifirrafes varios entre supporters del PP y el PSOE en ese mismo artículo. Ambas facciones de forofos están, obviamente a sueldo, enmierdando con sus opiniones enlatadas. Se trata de provocar un persistente ruido mediático de baja intensidad para moldear y afianzar la opinión del lector que hace lecturas superficiales y que tiene una fuerte fidelidad en el voto de estas dos formaciones.
Me hace sospechar que el párrafo que no ha pasado la censura no es el que alude a que los votantes del PP, en el que dice que los mayores de 65 años se mueren y, por tanto, este partido se queda sin apoyo por desaparición en la base de sus votantes. Lo que estoy casi convencido de que no ha pasado la censura es el párrafo que trata de evidenciar que el PP y C’s son más de lo mismo, con políticos que en el fondo tienen objetivos prácticamente idénticos y que los más avispados u oportunistas del partido que se hunde, ya están tomando posiciones en la filiación política naranja, a la que consideran el recambio natural.
Se vé que David Alandete, subdirector de este “periódico”, es el periodista, (esta denominación es un término más bien eufemístico), prototipo que tiene poder decisorio en el nuevo organigrama del periódico y es más que evidente que ha mostrado permanentemente en las “tontulias televisivas” sus predilecciones por el partido de moda, Ciudadanos.
Como conclusión puedo decir que estoy prácticamente convencido que se han dado órdenes precisas de podar aquellas opiniones que puedan incomodar la línea de pensamiento de los financiadores, entre ellos algunos accionistas de renombre del IBEX35, y que han decidido que hay que buscar un recambio gatopardista para la nueva derecha.
Hay que cambiar todo para que todo quede exactamente igual y Ciudadanos, a tenor de lo que vota, con quién vota, a quién apoya, quién le apoya y a quién bloquea, está llevando a cabo ese papel de manera mas que excelsa, sublime.