Y sucede que veo a una persona muy anciana que quiere cruzar la calle pero se le dificulta mucho, hay peligro. Así que como buen samaritano, le ayudo a cruzar la calle y como tenía tiempo libre lo comento después en una red social. En mi post, varios me han felicitado por esa buena acción y han empezado a replicar esa ayuda. Se vuelve viral.
Y sucede lo temido: un político del partido A, ha puesto de ejemplo esa acción cívica, se le suman otros miembros del partido, comienza a discutirse si los cruces peatonales están preparados para colaborar a los ancianos a cruzar las calles, la discusión comienza a ascender y cobrar importancia, tanta que se crea una nueva división con buen presupuesto llamado "cruce de calles para ancianos", pero empiezan las voces en contra porque deja por fuera a otros colectivos como las personas que andan con muletas, en sillas de ruedas, madres con sus hijos pequeños, etc.. la nueva división debe acoger a todos esos colectivos y llegan las leyes, pero para obtener alto impacto mediático, algunas de estas leyes son absurdas como "el conductor debe estar pendiente todo el tiempo de las aceras y si ve a una persona de algún colectivo vulnerable, detenerse para que pueda cruzar la calle inclusive aunque no parezca que va a cruzar la calle". Todos los del partido A, para estar a la moda y tener visualización mediática se vuelven "crucecallistas", a nivel casi fanático.
Y viene lo inevitable: el partido B, acérrimo enemigo de A, decide combatir a los "crucecallistas" diciendo que esas leyes atentan contra los conductores, contra la productividad por enlentecer el tráfico, que los conductores pagan impuestos y mantienen la economía a flote, que atentan contra la libertad de conducir. Han nacido los "proavanzacoches". Se le suman muchos y llegan a acciones casi violentas como pasar rápidamente por un charco para mojar a los peatones.
Ayudar a cruzar la calle a ancianos o a otros, se ha politizado a niveles inconcebibles. Si en una película, un personaje ayuda a cruzar la calle a un anciano, la película tiene agenda política interna, es censurada y los del partido B buscarán enlodarla todo lo posible con opiniones negativas. Se llega a niveles de tal locura que ni siquiera los familiares de personas de tercera edad pueden colaborar a su propia familia so pena de ser señalados de ser integrantes para una agenda secreta de algún año futuro.
Los "crucecallistas" y los "proavanzacoche"se pelean por las acciones y dichos más absurdos posibles. La politización fue la maldición de una noble acción.