La menor producción de petróleo pesado está provocando que la diferencia de precio entre este tipo de crudo y el ligero comience a reducirse o incluso a revertirse en algunas zonas concretas. En circunstancias normales, el petróleo pesado presenta importantes descuentos respecto al ligero, mucho más manejable y fácil de convertir en combustibles. Sin embargo, el crudo pesado sigue siendo necesario, y la mayor parte de los recortes de producción están golpeando de lleno a esta clase de petróleo que empieza a escasear en las refinerías de EEUU