El machismo y el desprecio hacia la mujer, muchas veces oculto, ha vuelto a aflorar contra la única candidata, Ksenia Sobchak, que se ha enfrentado a insultos y descalificaciones constantes durante la campaña. Los últimos, durante un debate televiso de los aspirantes al Kremlin en el que el ultranacionalista Vladímir Zhirinovski la llamó "imbécil" y "prostituta".