Tenemos muchísimas expresiones para intensificar. Y esto es porque con los elementos que indican valoración estamos siempre ante la misma batalla: los utilizamos, parece que se gastan, como se gasta la suela de un zapato, y nos gusta reemplazarlos por otros nuevos. Por eso, hay modas de intensificadores que aparecen y otras que desaparecen o se quedan conviviendo con las nuevas expresiones. Normalmente, la mecha prende en el lenguaje juvenil y de ahí salta a otros sectores.