La defensa de Alba de “la dignidad e independencia de nuestros tribunales” y del “respeto y consideración que le son debidos” contrasta fuertemente con los tres delitos por los que fue condenado: prevaricación judicial, cohecho y revelación de secretos, cuando conspiró a favor del exministro José Manuel Soria para acabar con la carrera profesional y política de la magistrada Victoria Rosell, ex delegada del Gobierno contra la Violencia de Género.
De película,esto es de película....