Bardem, merluzo, si eso fuera así no sería una desgracia, sino una bendición. El verdulero ya no tendrían que pagar por los tomates, por lo que, en primer lugar, ya necesita menos dinero para vivir, ya que los tomates que vende y consume los obtiene gratis, pero encima puede ofrecérselos a su su clientela sin costo para él, baratos y con un valor añadido: lavados y desinfectados, enviados a domicilio, en salsa, envueltos, pelados, tsriturados, en gazpacho con su toque personal... aunque los tomates se pueden obtener gratis hay mucha gente dispuesta a pagar por éstas variaciones de consumo. Cada céntimo que ingrese está libre de polvo y paja. Sabe que sus hijos jamás pasarán hambre porque siempre van a poder alimentarse, como mínimo, de tomates. El agricultor, lo mismo. Imagínate la escena, y la alegría en los hogares de miles de millones de personas, la sonrisa en la cara de los niños que sólo habían visto un tomate en fotografías. ¿Empañaría tu felicidad al contemplarlo recordar el lucro cesante del tendero y cientos de intermediarios ya no acumulan millones encareciendo y haciendo escaso el producto, y presionando para que se promulguen leyes que les ayuden a conseguirlo a nuestra costa?... yo creo que no. Ya puestos, sigue imaginando: necesito menos ingresos ya que me salen gratis los tomates, la pintura del salón y las escaleras de mi casa... mmm... tengo más tiempo libre y más dinero... más copiar y pegar y en poco tiempo... ¡Hop!... ya casi no necesitamos trabajar, podemos conseguirlo todo pulsando un botón, y podemos dedicarnos a lo que nos guste con la tranquilidad de tener las necesidades básicas cubiertas. El tendero también. Con sus necesidades básicas cubiertas, los creadores continuarán creando sin agobios, florecerá la cultura, la Tierra descansará de tanta sobre-explotación, el mundo será más justo y podremos centrarnos en cualquier objetivo. Y, sí. Quizá llegue el momento en que, sin que nadie nos obligue, surja espontáneamente de nosotros la iniciativa de recompensar con generosidad y de por vida a los hortelanos que continúan experimentando y consiguiendo variedades más sabrosas de tomate a pie de huerta para que podamos copiarlas y disfrutarlas. Sin duda, un mundo mejor. Pero, incluso en ese mundo de maravilla estoy seguro que habría un Javier Bardém amargado por no vivir ya en un mundo en el que todo era caro y escaso, y por tener que vivir en un otro en el que no se reconoce que sólo él y sus pares tienen derecho a la abundancia y la acumulación de riqueza.
He vivido unos años en Houston, una ciudad bastante peligrosa dada la cantidad de gente que porta armas. Unos tíos que se dedican a atracar a mano armada, que se sabe al menos que días antes habían perpetrado dos atracos... qué quieres que te diga... no estoy de acuerdo con la pena de muerte, pero en este caso me parece que la ley de partes está bien aplicada declarando responsables de las consecuencias de sus actos a los miembros del "equipo" de atracos. Si andas en esas en una ciudad como Houston, en la que hasta los mendigos y las camareras van armados sabes perfectamente que acabará habiendo alguna muerte. Es como si te metes en ETA y te condenan por pertenencia a banda armada, aunque no hayas protagonizado directamente acciones. Sabías en lo que te metías...
"Sesga" no es correcto, debería sustituirse por "siega". Efectivamente, ¿cuántas vidas habrán de segar aún esos guardaraíles antes de que se tome la decisión de prohibirlos?...
La propiedad intelectual debe ser abolida y las leyes que la protegen derogadas. Es el cáncer de la civilización occidental y acabará con ella si no tomamos medidas.
#168 gerardocueto 