Qué pena que asuntos como este estén tan a la orden del día y tan normalizados ("el caso de corrupción de hoy"), como bien se ha dicho, en esta «podrida» sociedad en la que hemos llegado a vivir.
Aún con esto, quisiera complementar la información de la noticia en cuanto al asunto de la construcción (o, mejor dicho, no construcción) de la línea de cercanías Móstoles-Navalcarnero: este caso particular se agrava si tenemos en cuenta que, no solo la obra sigue parada y, además, manteniendo unos altos costes de mantenimiento debido, por ejemplo, a la maquinaria (parte de ella se puede ver desde la A-5 al pasar por el tramo entre los dos pueblos en cuestión) y a la seguridad que se ha de mantener día y noche vigilando el recinto, sino que hemos de sumarle dos aislados barrios (también se ven desde la A-5, pero no tienen acceso desde esta carretera), pertenecientes al pueblo de Navalcarnero y que comenzaron a construirse con la promesa del comentado cercanías y que siguieron extendiéndose con el comienzo de las obras del mismo. Hablamos de un extenso terreno plagado de pisos y pisos, con algún que otro chalé, aislados (en medio de la nada y con un acceso casi único y de risa), como ya mencioné, del resto del pueblo, que cabría esperar que funcionara como ciudad dormitorio y que descongestionara un poco la capital y los alrededores más cercanos de la misma, a parte de ponérselo más fácil a los ciudadanos de la periferia más alejada para desplazarse a sus trabajos día a día. En la actualidad, casi todas estas viviendas tienen propietarios, muchos de ellos frustrados porque, como es normal, en su día, adquirieron su vivienda en alguno de estos dos barrios teniendo en cuenta la accesibilidad a la línea de cercanías en construcción, que mejoraría su calidad de vida y disminuiría notablemente la necesidad del uso del vehículo (con los considerables atascos que se producen de manera cotidiana en la A-5) para estos trayectos y, actualmente, se encuentran viviendo en una zona aislada, sin servicios y que, ahora con más razón, requiere un vehículo para la más mínima movilidad.
Bien es cierto que la izquierda de este país no está, en gran medida, promoviendo las políticas que definen su movimiento y lo que el pueblo espera de ellos. Queda demostrado a través de los recientes resultados electorales en Andalucía. Sin embargo, esta situación política de nuestro país no justifica, ni mucho menos, que por ello nos tengamos que dejar gobernar por la opción de ultraderecha, sino que debemos luchar mucho más por buscar, desarrollar e implantar unas políticas de izquierdas acordes con las necesidades y el bienestar del pueblo.
Aún con esto, quisiera complementar la información de la noticia en cuanto al asunto de la construcción (o, mejor dicho, no construcción) de la línea de cercanías Móstoles-Navalcarnero: este caso particular se agrava si tenemos en cuenta que, no solo la obra sigue parada y, además, manteniendo unos altos costes de mantenimiento debido, por ejemplo, a la maquinaria (parte de ella se puede ver desde la A-5 al pasar por el tramo entre los dos pueblos en cuestión) y a la seguridad que se ha de mantener día y noche vigilando el recinto, sino que hemos de sumarle dos aislados barrios (también se ven desde la A-5, pero no tienen acceso desde esta carretera), pertenecientes al pueblo de Navalcarnero y que comenzaron a construirse con la promesa del comentado cercanías y que siguieron extendiéndose con el comienzo de las obras del mismo. Hablamos de un extenso terreno plagado de pisos y pisos, con algún que otro chalé, aislados (en medio de la nada y con un acceso casi único y de risa), como ya mencioné, del resto del pueblo, que cabría esperar que funcionara como ciudad dormitorio y que descongestionara un poco la capital y los alrededores más cercanos de la misma, a parte de ponérselo más fácil a los ciudadanos de la periferia más alejada para desplazarse a sus trabajos día a día. En la actualidad, casi todas estas viviendas tienen propietarios, muchos de ellos frustrados porque, como es normal, en su día, adquirieron su vivienda en alguno de estos dos barrios teniendo en cuenta la accesibilidad a la línea de cercanías en construcción, que mejoraría su calidad de vida y disminuiría notablemente la necesidad del uso del vehículo (con los considerables atascos que se producen de manera cotidiana en la A-5) para estos trayectos y, actualmente, se encuentran viviendo en una zona aislada, sin servicios y que, ahora con más razón, requiere un vehículo para la más mínima movilidad.