Creo recordar que los cazadores de mitos probaron para sorpresa de muchos que la sola presencia de un delfín falso en el agua amedrentaba a los tiburones blancos (al menos 1 delfín a 1 tiburón), evitando que mordiese su cebo con la figura presente y manteniéndose al margen en el momento en que aparecía en el agua.