#27 El procedimiento no dejaba margen para errores gratuitos. Durante la jornada laboral escribíamos el programa en hojas normalizadas de codificación. El departamento de grabación lo pasaba a fichas perforadas (más adelante a disquete de 8 pulgadas). El día estaba reservado para trabajos de explotación, así que se compilaba en el turno de noche y por la mañana tenías el resultado. Si había errores, los corregías y a esperar a la noche para volver a compilar. Y así hasta que estaba libre de errores, que empezabas las pruebas, de noche también. La vida era dura.
Fue el primer superordenador para el que programó servidor. 80 millones de pesetas costó la CPU, aparte los armarios de cinta, lectores de fichas perforadas, impresoras 1403 como estas con una velocidad de 1.200 líneas por minuto. Un detalle: toda la información era en papel, solo tenía un ínfimo display para los errores del sistema que controlaba el operador de consola.
¿Eso no era competencia de San Canuto, que encuentre aparcamiento en un minuto?
Claro, que él no habla de que le encuentre aparcamiento sino de que le ayude a aparcar. A lo mejor es que no sabe.
#15 120 muertos, Estado de urgencia y cierre de fronteras, ¿no es para hacer un despliegue en toda regla? ¿Cuándo entonces? La televisión privada acaba de demostrar que es perfectamente prescindible.