Los debates sobre los usos lingüísticos son viejos como el hambre y nadie tiene más razón que su contrario. En Euskadi, los nombres oficiales son Bilbo, Gasteiz y Donostia si hablas en batua, que es el euskera unificado. De la misma manera, existen nombres propios en gallego, en catalán. Y en castellano o español. SI hablo en gallego resulta pobre decir Orense y adecuado Ourense y viceversa, igual que si hablo catalán lo propio es decir Girona, porque en la lengua catalana así se denomina lo que en castellano o español se llama Gerona. No hay ningún problema en ello, salvo que haya personas que se dediquen a crear polémica para hacer perder el tiempo al personal y que sólo se hable de cosas sin trascendencia. Luego están los nombres propios de pueblos o valles, por ejemplo, Esterri dÁneu (espero esté bien escrito), traducirlo al español o castellano resulta una pérdida de tiempo, igual que si pierdo mi tiempo traduciendo Brunete al gallego.
Lo que más me gusta de todo esto es encontrar a personas que se apasionan con su afición, sea esta de coleccionar sellos, monedas, fabricar muebles o trabajarse un coche mítico como este Renault 5 copa Turbo. Siento una emoción sana comprobar como hay personas que dedican su tiempo libre a restaurar cosas con muchos años, lo cual hace que nuestra historia no se olvide. El reportaje me ha gustado.