Mi esposa es armenia. He pasado más de tres meses de mi vida allí en total y os puedo decir que no es solo un país bello en lo paisajístico sino en lo humano.
Los armenios son uno de los pueblos más respetuosos y hospitalarios del mundo. Se desvivirán por agasajarte y hacerte sentir acogido (pues hasta existe un verbo en armenio "hyurasirel" que significa amar al huésped)
El monte Ararat es lo primero que vi tras aterrizar por primera vez desde el aeropuerto de Zvartnóts y os aseguro que el impacto que ocasiona no se borra fácilmente.
Es cierto que tanto armenio como ruso son las lenguas dominantes, pero no os dejéis intimidar si sabéis inglés. Las generaciones por debajo de 40 años lo han estudiado y aunque no todos, algunos lo pueden hablar especialmente en Yereván.
Recomiendo que profundicéis en su riqueza gastronómica (un buen sitio para empezar es mi restaurante preferido en Yereván, Tospia) Además sus vinos y brandys son excelentes.
No dejéis de visitar Noravanq, Geghard, Tatev, el lago Sevan, entre muchos otros lugares con encanto y sobretodo historia. Armenia es el primer país que abrazó oficialmente el cristianismo y en sus tierras hay iglesias que tienen 1500 años.
#11 Tus niños rapiñearán siempre que tú se lo permitas. No es un problema de la tradición en sí sino más bien de la educación que se proporciona.
El tema que sacas de la convivencia en el colegio entre niños que saben el secreto y los que no es bastante interesante. Aún no he visto ninguna polémica asociada al relato del Ratoncito Pérez debido probablemente a que escapa a cualquier relación con la religión. No veo la dificultad en inculcar el valor del respeto a la comunidad al niño, al explicarle que otros compañeros aún pueden no saberlo.
Lo que planteo desde aquí no es apología a ningún credo sino a la ética y al respeto. No defiendo a ninguna institución sino a la de la familia. Es inevitable que algunas tradiciones se pierdan como ha sucedido ya tantas veces en la historia pero no es tolerable la violencia ideológica en ciertos ámbitos en los que la soberanía de los padres debería imperar. Si las familias asisten a dichas celebraciones es porque comparten la tradición ergo el mensaje transgresor muestra una falta de respeto monumental.
Estoy seguro de que al mismo señor no se le ocurrirá jugar con las tradiciones de otras culturas (como la islámica) por miedo a la misma comunidad a la que daña o por in en contra de la convención ideológica de que al ser una minoría no se la ha de discriminar.
La segunda parte de mi comentario reconozco que parece inconexa con el resto del mensaje pero vengo a exponer que la astroteología argumenta y da sentido a la inverosimilitud de muchas historias antiguas que son utilizadas para denostar las raíces religiosas de las culturas dominantes por parte de ciertos sectores ideológicos.
Respeto y humildad hasta en su coletilla sobre Orión es lo que le hace falta.
Dejando aparte los sentimientos ateos o religiosos de cada uno, hay algo bueno en esta tradición. Algunos me tacharéis de consumista pero se me hace evidente por encima del juicio de cualquier individuo que los niños pueden salir educados gracias a aprender que se recibe una recompensa a través del respeto a los padres, del compromiso y la responsabilidad.
¿Porqué justificar el sabotaje de una tradición en pos de ideas que aunque respetables no se deben imponer al prójimo, cuando está por encima el derecho de los padres de educar a sus hijos en sus casas de la manera que crean conveniente?
También me gustaría añadir que como muchas historias en diferentes religiones, esta se trata más bien de una alegoría y no de un relato histórico. Los tres Reyes eran el nombre con el que se conocían a las estrellas del cinturón de Orión y que se alinean con Sirio (hacía Oriente) al fin del solsticio de invierno señalando la posición por donde el Sol "nacerá" la mañana del 25. Sirio es la estrella que siguen los tres Reyes para encontrar al Sol dios nacer.
Pues como esta alegoría muchas otras cobran importancia cuando se las mira con el marco adecuado. A muchos los árboles no les dejan ver el bosque.
Los armenios son uno de los pueblos más respetuosos y hospitalarios del mundo. Se desvivirán por agasajarte y hacerte sentir acogido (pues hasta existe un verbo en armenio "hyurasirel" que significa amar al huésped)
El monte Ararat es lo primero que vi tras aterrizar por primera vez desde el aeropuerto de Zvartnóts y os aseguro que el impacto que ocasiona no se borra fácilmente.
Es cierto que tanto armenio como ruso son las lenguas dominantes, pero no os dejéis intimidar si sabéis inglés. Las generaciones por debajo de 40 años lo han estudiado y aunque no todos, algunos lo pueden hablar especialmente en Yereván.
Recomiendo que profundicéis en su riqueza gastronómica (un buen sitio para empezar es mi restaurante preferido en Yereván, Tospia) Además sus vinos y brandys son excelentes.
No dejéis de visitar Noravanq, Geghard, Tatev, el lago Sevan, entre muchos otros lugares con encanto y sobretodo historia. Armenia es el primer país que abrazó oficialmente el cristianismo y en sus tierras hay iglesias que tienen 1500 años.
Hajoghutyun!