Qué gran pérdida. Lo siento profundamente, y sí, 66 años no son muchos. Era un grandísimo locutor, presentador, y un verdadero erudito. Qué pena. Su pérdida dice bien claramente qué grandes y a la vez qué poca cosa somos. Sólo nos queda la dignidad y el recuerdo de JLPdA.
Y qué nos importa lo que diga la nieta de un esbirro de aquella criminal dictadura fascista? Por haber sido asesinado no dejará de ser históricamente lo que fue.