Menéame, esa comunidad progresista...

Me adelanté unos cuantos días al problema, y este es el enlace, pero es que la cosa era obvia: esta es una comunidad muy reacia a permitir que nadie gane un duro. En mi grupo lo hemos hablado muchas veces en público y en privado, y es motivo de eterno cachondeo, especialmente entre los más escorados a la derecha: todo grupo de gente de izquierdas acaba así, enfrentado, dividido, autoinmolado por la pureza ideológica y la guarda de las esencias. Y por el odio al que te sirve, sea del modo que sea.

La frase "los progres son gente patética"me ha parecido siempre malintencionada y excesiva, por más que esté cansado de oírla. Pero es que veo lo que pasa por aquí, en un grupo como este, lleno de gente de cierta edad, lleno de gente de experiencia, y no me queda más remedio que unirme a ella.m, por el coste tremendo que supone servir, del modo que sea, a la gente de izquierda.

A ver, coño, ¿de qué vamos? ¿Otra vez presentando a Sumar, BNG, y Podemos a unas autonómicas? ¿De verdad? ¿Otra vez preparando cuatro listas para las europeas, que tienen circunscripción única? Yo qué sé... Parece que sí.

Queridos leninistas, recordad que el amigo Ilich nos enseñó que la libertad de expresión es la libertad del dueño de la imprenta. Es cojonudo que os lo tenga que decir yo, ¿eh?

Esta imprenta en concreto nos la dejan usar con bastante libertad (los límites existen, pero no son muy opresivos), y cada uno la emplea para sus gustos y sus mierdas, sus obsesiones, sus risas y sus campañas de propaganda. Y además nos informamos bastante bien, porque caso tras caso, semana tras semana, sigo comprobando que me entero de las cosas dos o tres días antes que mis colegas, y que eso sucede con muchos temas. Y, joder, es normal, proque aunque ya no somos una comunidad enorme seguimos siendo miles de usuarios que ponemos cada cual nuestra chorrada, y eso supera de largo a cualquier medio al que uno pudiese estar suscrito.

Pero a lo que estamos: el dueño de la imprenta, que es el dueño de nuestra libertad, no lo olvidemos, paga silenciosamente las facturas y espera que alguien se las pague a él y hasta tener una ganancia para compensar las molestias, el riesgo, y el hecho de invertir en esto y no en una churrería en Chueca. Si esto fuese un grupo conservador, o una horda de liberales o de fachas, todo el mundo daría por hecho el ánimo de lucro, seguiría usando la imprenta gratuita que le ofrecen, y todos tan contentos. O se tratarían de escaquear para sacar el beneficio y que el coste lo pagase otro, pero a la chita callando, y a por la espalda.

Pero el caso es que esta es una comunidad progresista y predominantemente de izquierdas, y aquí el lucro da sarpullido. Y por eso hay tanta gente que quiere usar el medio, pero espera que lo pague otro. Por eso hay tanta gente que usa el medio y bloquea los anuncios, mientras te repite, con dos cojones, que hay que pagar impuestos para apoyar los servicios de la comunidad y se caga en la madre de los defraudadores fiscales. Por eso hay tanta gente por aquí boicoteando a cualquier patrocinador, ya sea el Finanzas, el Pisos o el Sartenéitor, porque de lo que se trata es de dar por culo a cualquier cosa que huela a lucro. Por eso hay tanta resistencia a que se ponga un botón para simples donaciones, como expliqué en el artículo que enlazaba al principio, y ahora se amplía la resistencia a simplemente aceptar las cookies. Todo eso, todo, está horrible, porque a lo mejor había alguien que ganaba algo, y conmigo no gana un duro ni Dios. A mi costa, no. ¿Verdad?

¿Privacidad? Venga, coño... En este sitio tienen ya nuestro email, y nuestras últimas IP. Los ISP, vía router, recopilan toda la información que les sale de los huevos sobre nuestro tráfico. Entramos en sitios de todo tipo que nos piden una fiotocopia 3D de los huevos, ¿Y el problema es aceptar unas cookies en un sitio donde pasas un buen rato diario? ¿De verdad qque esta es la última frontera de nuestra privacidad, después de tolerar calles y plazas videovigiladas y reconocimiento facial?

Se trata de una cuestión ideológica: nadie puede ganar dinero, y no hay que pagar por lo que se consume. Que lo pague otro. Que lo paguen los ricos. Que lo pague su puta madre. Pero yo no. No pago, no veo anuncios, no aguanto vídeos, no tolero patrocinadores y no acepto cookies. No, nada de eso, que eso le da dinero a alguien, en alguna parte, y el que me da servicio a mí tiene que ser un muerto de hambre o una especie de ermitaño heroico a lo Monty Python. Muchos dragones de muchas cabezas y muchas pollas. Y todos dispuestos a atacar al que deje que alguien gane un Euro.

Aquí, además de unos cuantos progresistas de verdad, lo que hay es mucho fabricante y defensor del embudo, y de esa puerca equivalencia entre la izquierda y la pobreza. La de los demás, se entiende. ¡Pues claro que Pablo Iglesias puede tener un chalé! ¡Pues claro que los dueños de esta web deberían poder comprarse un Ferrari con lo que ganan! No son nuestro médico, joder. No se lucran con nuestro dolor. Intentan ganar dinero dándonos un servicio que utilizamos a diario. ¿De qué coño vamos?

Llevo el suficiente tiempo para ver, y reírme, de lo que pasa aquí cuando se habla de impuestos. O de pagar los servicios públicos. El laberinto que se plantee como pretexto es lo de menos: el caso es que al final, en esos constructos, todo lo acaba pagando otro. Grandes voces para recibir, grandes carreras para escapar de arrimar el hombro. Siempre igual.

Por eso, creo que el método de pedir dinero a cambio de rechazar las cookies puede no ser el ideal, pero algo habría que hacer. Puede que simplemente hubiera que dar a elegir entre aceptar y salir. Puede que simplemente hubiese que dar a elegir entre desactivar el bloqueador de anuncios y salir. Puede que hubiese que pedir, aparte, en otro sitio, una cuota reducida para quien no quiere aceptar cookies y no quiere ver anuncios. Hay muchas opciones.

O puede que, de una santa vez, hubiese que arriesgarse a laminar a todo usuario que no quiere colaborar de ningún modo con el pago del producto que usa. Laminarlo sin más, ponerlo en la calle, inducirlo a que se vaya de un sitio gratuito a otro, rebotando a hostias contra la realidad de que los free riders pasan frío. Por pura higiene moral. Porque sí. Para que espabilen. O para que se peleen entre ellos por la quintaesencia de la pureza como se pelean dos borrachos por un banco en la estación de autobuses a las tres de la mañana. Pero que se peleen lejos, en un foro de mierda o en un grupo de Telegram.

Echad cuentas, gente de la administración. Cinco mil usuarios a tres euros al mes, son 180.000 de facturación anual. ¿Ingresáis eso ahora? Si la respuesta es que sí, enhorabuena y a mejorarlo. Si la respuesta es que no, ya veis el margen que hay para echar gente.

El que quiera algo, que arrime el hombro.

A tomar por el culo.