#45 los más pijos son los atletas esos de maratón. ¿Por qué no van desde sus casas hasta el circuito corriendo? Si total van a correr desde la salida que lleguen allí también corriendo no? Qué es eso de coger avión/coche/tren para desplazarse. Pijos! Disidentes!
Chicos de esa edad, tampoco teníamos muchos, pero he visto a señoras jubiladas sacar dinero del banco el mismo día que cobraban la pensión con compañeras, y se lo pedían ellas mismas como un favor (una no veía bien, otra no se fiaba de llevar tanto dinero por la calle).
Un cliente al que le pegaron una paliza unos prestamistas por no devolver dinero que pidió para seguir apostando en ruleta electrónica.
Una chica a la que casi le cuesta su trabajo y su matrimonio y acabó en psicólogo.
Un agente inmobiliario que vendió un par de locales para seguir jugando.
Y podría seguir bastante rato hablando de más casos y de situaciones vividas a cada cual más jodida. Lo que tengo muy claro es que estos salones de juego saben la vulnerabilidad que existe, que en barrios obreros tienen más éxito porque quien tiene poco dinero piensa que porque un día gane 100 euros en la ruleta lo va a hacer casi todos los días y eso le ayudará a mejorar su situación, pero no es así. No es sólo azar, la casa al final siempre gana. No lo olvidéis.
La opción de intercambiar casa la llevo reflexionando un tiempo. Hasta ahora y desde el 2005, he vivido multitud de experiencias alojándome en casas de desconocidos o albergando otros a través de web especializadas en estos menesteres. De esta forma, he conocido a gente siempre hospitalaria, generosa e interesante, amén de una mente muy abierta, y he tenido de primera mano informaciones sobre las regiones que he conocido que de otra manera habría sido incompleta y/o sesgada. Como bien dice el artículo, no es lo mismo alojarse en un hotel impersonal y aséptico por el que pagarías un buen pico que estar en una casa, compartiendo mesa y mantel a la par que intercambiando experiencias de viajes. En general, se trata de personas que han viajado mucho y les gustan los intercambios entre personas afines. Este pasado verano acogí a gente de Canadá y Francia, pero he llegado a alojar gente de Australia, por citar un país muy lejano.
Mis experiencias han sido hasta ahora muy positivas. No puedo decir que me haya sentido mínimamente incómoda en casa de nadie. Es más, aunque no haya obligación alguna, con algunas de esas personas, he repetido experiencia acogiéndoles posteriormente en sus viajes. Al igual que en el intercambio de casa, no media dinero alguno. Antes de la estancia, se determina de mutuo acuerdo en qué términos se llevar a cabo: duración de la estancia, si se participa o no en los gastos y otros detalles de interés. Para aquellos que no conozcan el sistema, recomiendo www.couchsurfing.com, aunque empecé con www.hospitality.org
Como decía, lo de intercambiar casa me resulta atractivo. Unos amigos ya lo hacen y ya han reservado sus vacaciones de verano en la costa por este medio.