Siempre me ha resultado de una falta de pudor que entra en lo insultante lo de los mandatarios que van a tratarse a Houston o a donde c*ño sea de Yankilandia.
#2 ya prácticamente no se hace eso fue una cosa de moda en los 90.
La realidad es que en cualquier país Europeo, inclusive España, te van a poner exactamente el mismo tratamiento que en EEUU.
Y más barato, aunque vayas pagando.
#2 Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices. Pero también es verdad que cuando es tu pellejo el que está en juego las emociones pueden prevalecer sobre el raciocinio y los valores. Jodido, pero verdad.
#5Como si siendo presa del miedo te antepones a ti mismo que a un niño, han prevalecido las emociones, pero eres un mierdas.
Se llama instinto de supervivencia. En las pelis lo pintan muy bien y en la realidad cuando lo ves desde fuera también. Pero cuando tu eres el que se va al otro barrio ya lo ves con otros ojos (supongo). Prueba de ello es la cantidad de enfermos terminales que he conocido y lo que han aguantado. Ninguno quiere irse de este mundo por si no hay nada después.
#4 Lo que nos lleva a cuántos de esos mandatarios y sus emociones que sobrevivieron a los tratamientos en clínicas privadas norteamericanas volvieron reclamando su integración en la sanidad pública de su país.
Más que nada para que mi raciocinio y valores no pasen a un segundo lugar y les deseé una pronta y fulminante recaída.
La realidad es que en cualquier país Europeo, inclusive España, te van a poner exactamente el mismo tratamiento que en EEUU.
Y más barato, aunque vayas pagando.
Como si siendo presa del miedo te antepones a ti mismo que a un niño, han prevalecido las emociones, pero eres un mierdas.
Se llama instinto de supervivencia. En las pelis lo pintan muy bien y en la realidad cuando lo ves desde fuera también. Pero cuando tu eres el que se va al otro barrio ya lo ves con otros ojos (supongo). Prueba de ello es la cantidad de enfermos terminales que he conocido y lo que han aguantado. Ninguno quiere irse de este mundo por si no hay nada después.
Más que nada para que mi raciocinio y valores no pasen a un segundo lugar y les deseé una pronta y fulminante recaída.