El 'malware' Conficker hizo mucho daño a finales de 2008 y principios de 2009. Era rápido y potente, afectó y atemorizó a millones de usuarios en centenares de países e hizo que 'hackers' y organizaciones de todo el mundo se unieran para derrotarlo. A pesar de los esfuerzos, multitud de ordenadores siguen afectados hoy en día y los expertos no pueden hacer mucho para eliminarlo.