Envío erróneo o controvertido, por favor lee los comentarios.
La hipótesis del simio asesino, al igual que la del hombre cazador con la que está estrechamente asociada, nunca ha podido demostrarse en su formato convencional. Sin embargo, las interpretaciones de un registro fósil regado de muertes violentas, enfrentamientos y brutalidad, aún siguen arraigadas en la imaginación de una parte significativa del público. El que diversos expertos hayan demostrado claramente que, por ejemplo, las perforaciones observadas en algunos cráneos de homínidos son debidas a mordiscos de animales y no, como inicialmente se entendieron, daños producidos por ataques con lanza parece despertar poco entusiasmo. Los formadores de opinión se negaban a asumir supuestos heterodoxos en el relato imperante.