Las vacunas solo fueron posibles gracias a esfuerzos en tres áreas. La primera empezó hace más de 60 años con el descubrimiento de ARNm, la molécula genética que ayuda a las células a crear proteínas. Pocas décadas después, dos científicos de Pensilvania decidieron seguir lo que parecían castillos en el aire: usar la molécula para ordenar a las células hacer pequeñas piezas de virus que podrían fortalecer el sistema inmune. El segundo tuvo lugar en el sector privado, con empresas biotecnológicas en Canadá en el campo de la terapia genética - la modificación o reparación de genes para tratar…