La belleza de la palabra
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Poema: Soledad (de Diario de un poeta recién casado)

En ti estás todo, mar, y sin embargo, ¡qué sin ti estás, qué solo, qué lejos, siempre, de ti mismo! Abierto en mil heridas, cada instante, cual mi frente, tus olas van, como mis pensamientos, y vienen, van y vienen, besándose, apartándose, con un eterno conocerse, mar, y desconocerse. Eres tú, y no lo sabes, tu corazón te late y no lo sientes... ¡Qué plenitud de soledad, mar solo! Juan Ramón Jiménez
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Poema - Querría no dessearos

Querría no dessearos y dessear no quereros, mas, si me aparto de veros, tanto me pena dexaros que me olvido de olvidaros. Si os demando galardón en pago de mis servicios, daysme vos por beneficios pena, dolor y passión, por más desconsolación. Y no puedo desamaros aunque me aparto de veros, que si pienso en no quereros tanto me pena dexaros que me olvido de olvidaros. Juan del Encina
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Poema - Si ya no vienes

Si ya no vienes, ¿para qué te aguardo? Y si te aguardo, di por qué no vienes, verde y lozana zarza que mantienes sin consumirte el fuego donde ardo. Cuánto tardas, amor, y cuánto tardo en rescindir los extinguidos bienes. Ya quién me salve no lo sé, ni quienes clavan el alma dardo sobre dardo. A la mañana, que se vuelve oscura, sigue la noche, que se vuelve clara a solas con tu sed, que hiere y cura. No quisiera pensar si no pensara que, privado que fui de tu hermosura, me olvidara de mí si te olvidara. Antonio Gala
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Alejandrino dadá

Patatas del campo traigo para hacer en tortilla huevos del áfrica negra y oscura de un avestruz, culinario alejandrino, de tortilla puede ser cebolla blanca y aceite en mixtura dadaísta. No es organizada receta porque dadá quiere ser en diecisiete pasos de sonido tortilla al dadá. ContinuumST. (Septiembre. 2005)
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Atardeció sin ti

Atardeció sin ti. De los cipreses... a las torres, sin ti me estremecía. Qué desgana esperar un nuevo día sin que me abraces y sin que me beses. A fuerza de tropiezos y reveses la piel de la esperanza se me enfría. Qué agonía ocultarte mi agonía, y qué resurrección si me entendieses. Atardeció sin ti. Seguro y lento, el sol se derrumbó, limón maduro, y a solas recibí su último aliento. Quién me viera caer, lento y seguro, sin más calor ni más...
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A mis soledades voy

A mis soledades voy, de mis soledades vengo, porque para andar conmigo me bastan mis pensamientos No sé qué tiene el aldea donde vivo y donde muero, que con venir de mí mismo, no puedo venir más lejos. Ni estoy bien ni mal conmigo; mas dice mi entendimiento que un hombre que todo es alma está cautivo en su cuerpo. Entiendo lo que me basta, y solamente no entiendo cómo se sufre a sí mismo un ignorante soberbio. De cuantas cosas me cansan, …
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El miedo siempre...

El miedo siempre atenaza al corazón, que no es razón es ánima. Eso que nos anima como las ánimas en pena o en alegría. Morir. Tal vez soñar. Soñar. Tal vez morir. Vivir. Tal vez sentir. Sentir. Tal vez negar. Morimos cada día y despertamos de un sueño eterno cada día, a cada hora, a cada instante. Una mente nos anima como si fuéramos ánimas portando antorchas en un bosque infinito. Solas y acompañadas. Acompañadas y solas. El miedo siempre atenaza al corazón, que no es razón...
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Risa y sonrisa

Cuando me hablan de felicidad siempre hablo de sonrisas, palabra inmensa la primera pequeña coda la segunda, apéndice involuntario, fuera de moda. La segunda. Incluso una risa o risotada involuntaria, placer real y físico. Felicidad, palabra torcida llevada al extremo sin aparente baremo. Sonrisa, franca y sin dobleces. Risa, escapada mental que barrunta la risotada. Risotada, incontinencia feliz. Felicidad, palabra truncada sin contenido aparente. Ampulosa y vacía.   ContinuumST. Enero 2001  
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Defensa de la alegría

Defender la alegría como una trinchera defenderla del escándalo y la rutina de la miseria y los miserables de las ausencias transitorias y las definitivas defender la alegría como un principio defenderla del pasmo y las pesadillas de los neutrales y de los neutrones de las dulces infamias y los graves diagnósticos defender la alegría como una bandera defenderla del rayo y la melancolía de los ingenuos y de los canallas de la retórica y los paros cardíacos…
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