Soy alta; en la guerra, llegué a pesar cuarenta kilos. He estado al borde de la tuberculosis, al borde de la cárcel, al borde de la amistad, al borde del arte, al borde del suicidio, al borde de la misericordia, al borde de la envidia, al borde de la fama, al borde del amor, al borde de la playa, y, poco a poco, me fue dando sueño, y aquí estoy durmiendo, al borde, al borde de despertar. Gloria Fuertes, Antología y poemas del suburbio (1954)