"El hombre que despertó en el futuro" - Laurence Manning (1933) [fragmento 3]

— ¿Quieres decirme que una máquina de sueños ofrece algo que puede recompensarme por abandonar esta hermosa tierra y el cielo con sus nubes y el verde de los árboles y la gloria de la luz del sol?

—En la máquina de sueños siempre hace buen tiempo. Los soñadores inhalan tanta cantidad de aire puro como nosotros ahora mismo y regalan sus ojos en un escenario tan hermoso como éste. ¿Qué clase de hombre eres tú para preguntarme estas cosas?

— ¿Pero cómo puede ser eso?

—Muy sencillamente. Lo que tú ves es simplemente lo que tus ojos envían a tu cerebro a través de los nervios, ¿no es así? Bien, en las máquinas de sueños los nervios ópticos son estimulados justamente de la misma manera. Igual sucede con los nervios del olfato, del gusto, del oído y con toda la superficie de los nervios táctiles del cuerpo.

— ¡Adelante! ¿Cómo se hace?

—Es una operación quirúrgica. Los extremos nerviosos son conectados a unos finos cables, y éstos van desde cada soñador a la habitación de control. Aquí, desde un equipo de registros primordiales se envía un conjunto completo de sensaciones. En lo que se refiere al soñador, parece estar viviendo una vida completa. Antes de entrar decide qué cosas quiere experimentar. Algunos viven las vidas de grandes exploradores y luchan con las fieras de la selva; otros parecen inventar grandes instrumentos científicos, y en realidad adquieren un conocimiento completo de cualquier tema que deseen; otros viajan en cohetes a Marte o Venus y experimentan increíbles aventuras en aquellos mundos grotescos y casi inhabitables.