Frases y fragmentos de libros
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Perlas ateas

“Fe significa no querer saber qué es verdad.”

Friedrich Nietzsche

“La religión es considerada por la gente común como verdadera, por los sabios como falsa, y por los gobernantes como útil.”

Séneca

“La creencia en lo sobrenatural refleja el fracaso de la imaginación.”

Edward Abbey

“Sigo diciendo que el que una iglesia tenga un pararrayos en el tejado, demuestra una falta de confianza e hipocresía mas allá de lo imaginable.”

Doug McLeod

“El mundo tiene dos clases de hombres - hombres inteligentes sin religión y hombres religiosos sin inteligencia.”

Abu'l-Ala al Ma'arri

“Desconfió de aquellas personas que saben muy bien lo que Dios quiere que ellos hagan, porque me doy cuenta que siempre coincide con sus propios deseos.”

Susan B. Anthony

“Todo lo que se puede afirmar sin pruebas, se puede rechazar sin pruebas.”

Christopher Hitchens

“Dios debería ser ejecutado por crímenes contra la humanidad.”

Bryan Emmanuel Gutiérrez

“Si resulta que hay un Dios, no creo que sea malo. Pero lo peor que se puede decir sobre él es que básicamente es un despreocupado.”

Woody Allen

“Los personajes y los acontecimientos descritos en la Biblia son ficticios. Cualquier semejanza con personas reales, vivas o muertas, es pura coincidencia. “

Penn y Teller

“El existencialismo no es una forma de ateísmo, más bien dice que, aunque dios existiera, nada cambiaría. “

Jean Paul Sartre

"Negar a Dios será la única forma de salvar el mundo. "

Friedrich Nietzsche

"La decisión cristiana de considerar que el mundo es feo y malo ha hecho al mundo feo y malo."

Friedrich Nietzsche

"La diferencia entre dios y yo es que yo existo."

Friedrich Nietzche

"La teología nunca ha sido de gran ayuda, es como buscar, a medianoche y en un sótano oscuro, a un gato negro que no está ahí".

Robert A. Heinlein

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Cuento - Codicia

Cavando para montar un cerco que separara mi terreno del de mi vecino, me encontré, enterrado en mi jardín, un viejo cofre lleno de monedas de oro.

A mí no me interesó por la riqueza, sino por lo extraño del hallazgo, nunca he sido ambicioso y no me importan demasiado los bienes materiales, pero igual desenterré el cofre.

Saqué las monedas y las lustré. Estaban tan sucias las pobres…

Mientras las apilaba sobre mi mesa prolijamente, las fui contando.

Constituían una verdadera fortuna. Sólo por pasar el tiempo, empecé a imaginar todas las cosas que se podrían comprar con ellas.

Pensaba en lo contento que se pondría un codicioso que se topara con semejante tesoro. 

Por suerte, por suerte, no era mi caso.

Hoy vino un señor a reclamar las monedas, era mi vecino. Pretendía sostener, el muy miserable, que las monedas las había enterrado su abuelo y que por lo tanto le pertenecían a él.

Me fastidió tanto que lo maté.

Si no lo hubiera visto tan desesperado por tenerlas, se las hubiera dado, porque si hay algo que a mí no me importa son las cosas que se compran con dinero.

Pero, eso sí, no soporto la gente codiciosa.

Jorge Bucay

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