#163 ¿Qué es el fenómeno ADE?
La potenciación de la infección dependiente de anticuerpos o ADE es un fenómeno no deseado y bastante raro que ocurre con algunas enfermedades infecciosas. Se da cuando la presencia de anticuerpos frente a un agente infeccioso empeora la enfermedad cuando la persona se infecta, en lugar de mitigarla.
Cuando una persona genera anticuerpos, tras un contagio natural o usando una vacuna, el objetivo es que cuando la infección se repita esos anticuerpos reconozcan y neutralicen al virus o bacteria, y se logre así evitar la enfermedad. Esto es lo que se suele conseguir.
En cambio cuando tiene lugar el ADE, los anticuerpos, en lugar de combatir al virus, facilitan la infección y agravan la enfermedad. Esto ocurre porque los anticuerpos reconocen al virus pero no lo neutralizan. Actúan más bien como un “caballo de Troya”, disfrazando al virus y permitiendo su entrada en las células. Esto potencia la infección, hasta el punto de que el patógeno llega incluso a células que normalmente no infectaría.
La mejor forma de identificar si hay ADE o no es analizar qué ocurre en las personas. Si se estuviera desarrollando ADE veríamos que las personas vacunadas sufrirían formas más graves de la enfermedad. Sin embargo lo que estamos viendo es justo lo contrario, los datos indican que las vacunas evitan precisamente las formas graves de la enfermedad. Además, el número de fallecidos en personas vacunadas es drásticamente menor que en personas sin vacunar. De nuevo, no hay indicios de ADE por ningún lado.
¿Entonces por qué se habla tanto de ADE?
Se habla mucho sobre ADE porque, aunque es algo infrecuente, es un fenómeno real que puede ocurrir con algunas enfermedades infecciosas o con algunos candidatos a vacuna.
Un ejemplo de ADE lo tenemos con el virus del dengue, donde existen cuatro serotipos diferentes. Un serotipo es una variante del virus que los anticuerpos reconocen de forma distinta, porque tiene diferentes determinantes antigénicos.
La potenciación de la infección dependiente de anticuerpos o ADE es un fenómeno no deseado y bastante raro que ocurre con algunas enfermedades infecciosas. Se da cuando la presencia de anticuerpos frente a un agente infeccioso empeora la enfermedad cuando la persona se infecta, en lugar de mitigarla.
Cuando una persona genera anticuerpos, tras un contagio natural o usando una vacuna, el objetivo es que cuando la infección se repita esos anticuerpos reconozcan y neutralicen al virus o bacteria, y se logre así evitar la enfermedad. Esto es lo que se suele conseguir.
En cambio cuando tiene lugar el ADE, los anticuerpos, en lugar de combatir al virus, facilitan la infección y agravan la enfermedad. Esto ocurre porque los anticuerpos reconocen al virus pero no lo neutralizan. Actúan más bien como un “caballo de Troya”, disfrazando al virus y permitiendo su entrada en las células. Esto potencia la infección, hasta el punto de que el patógeno llega incluso a células que normalmente no infectaría.
La mejor forma de identificar si hay ADE o no es analizar qué ocurre en las personas. Si se estuviera desarrollando ADE veríamos que las personas vacunadas sufrirían formas más graves de la enfermedad. Sin embargo lo que estamos viendo es justo lo contrario, los datos indican que las vacunas evitan precisamente las formas graves de la enfermedad. Además, el número de fallecidos en personas vacunadas es drásticamente menor que en personas sin vacunar. De nuevo, no hay indicios de ADE por ningún lado.
¿Entonces por qué se habla tanto de ADE?
Se habla mucho sobre ADE porque, aunque es algo infrecuente, es un fenómeno real que puede ocurrir con algunas enfermedades infecciosas o con algunos candidatos a vacuna.
Un ejemplo de ADE lo tenemos con el virus del dengue, donde existen cuatro serotipos diferentes. Un serotipo es una variante del virus que los anticuerpos reconocen de forma distinta, porque tiene diferentes determinantes antigénicos.
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