#165#9
Se llama vulneración de la división de poderes en la que se basan los actuales Estados de derecho, y, al contrario de lo que por aquí se dice, el verdadero golpe de estado no es que una jueza investigue al gobierno, sino que ese gobierno haga todo lo posible para que tal investigación no llegue a buen término.
Y esto que acabo de decir lo tendríais meridianamente claro en el caso de que un juez iniciara una investigación contra un gobierno de derechas, como ya ha ocurrido en otras ocasiones.
#9 ¿Puedes decir algo respecto al hecho de que un gobierno cese a un funcionario porque inició una investigación que puede afectarle?
Si la respuesta es que bien cesado está, te propongo un experimento mental:
Imagina la misma situación, pero ahora el gobierno lo forman políticos del PP y Vox, y el cesado es un funcionario que inició una investigación acerca un posible caso de mala gestión gubernamental que pudo haber ocasionado un daño inmenso a la sociedad.
#32 ¿A quién se le ocurre promocionar una manifestación multitudinaria antes del pico de la pandemia para luego criticar a los que convocan manifestaciones después, y al mismo tiempo ensalzar a otros que las convocan el mismo día y mismo lugar para reventar las convocadas por los que portan banderitas?
¡¡Es de locos!!!
P.D. ¿Cómo se ponen las caritas? El botoncito no va!!{huh}
#2 Es una opinión, y como opinión no deja de ser una apreciación personal.
La mía es otra: creo que si bien las ideologías han perdido el papel de columna vertebral de todos los partidos actuales (tanto de derecha como de izquierda), no podemos obviar que aún funcionan como retórica y barniz que recubre los discursos políticos. Y en esencia, tenemos dos grandes ideologías: la marxista y la liberal (podemos hablar de una visión conservadora, pero creo que no tiene un papel relevante en la actualidad).
¿En qué se diferencian marxismo y liberalismo? Daría para varios tomos. Pero en lo que a convivencia se refiere, podemos destacar una: el marxismo apuesta por la revolución para acabar con las diferencias antagónicas de clase, de forma que sólo mediante una acción violenta en las calles podría tomarse el poder. El liberalismo, por el contrario, apuesta por resolver diferencias en el parlamento, lejos de la calle.
Aunque, repito, es cierto que en España no hay ni auténticos marxistas ni auténticos liberales, ese resto ideológico aún flota en los discursos de los partidos, a falta de una ideología clara y consolidada. Por tanto, en la izquierda siempre se ha visto un guiño violento y redentor mas visible que en otros partidos que parecían aportar más por la reconciliación. La toma de las calles, por ejemplo, siempre ha sido un objetivo de la izquierda, y el PSOE ha sido famoso por inventar en España sus cordones sanitarios contra el adversario. Con Podemos, me temo, se llega al extremo de la táctica revolucionaria: con el enemigo no se negocia en ningún parlamento, se le destroza en la calle. Creo sinceramente que cualquiera que vea los discursos de Pablo Iglesias antes y después de la fundación de Podemos puede ver ese poso de violencia en su discurso que no es más que la exaltación de la no-política: en España sólo hay dos bandos: nosotros somos los buenos ,y los otros, los malos. Y con los malos no se negocia. No hay una intención de limar diferencias, sino todo lo contrario: dividir.
Pero claro, como la tuya, la mía sólo es una apreciación personal.
Es curioso, pero Pablo Iglesias es, y aquí estaremos de acuerdo todos, una de esas personas a las que todo lo que dicen se le vuelve en su contra, más pronto que tarde.
Parece que aquí no se conoce o no se quiere conocer el juego de Trump. Seguramente es el presidente que más amenazas de guerra ha proferido, pero es el que menos conflictos bélicos ha iniciado. De hecho, y que alguien me corrija si me equivoco, no ha iniciado ni uno solo. Que alguien haga una investigación al respecto y lo confirme (o no).
En cambio, Obama, un presidente tan querido por estos lares, prometió acabar con las guerras estadounidenses, ¿y qué pasó?
#69 Gracias por tu respuesta. Es de agradecer que alguien con quien no compartes ciertas ideas te responda en un tono respetuoso. No es habitual en estos tiempos de crispación, y mucho menos en menéame, que ha acabado convirtiéndose como Twitter en un caldo de odio bipolar.
Con todo, sigo pensando que la verdadera causa de las criticas a estas manifestaciones no reside en la cuestión sanitaria o en la legal, sino en su carga ideológica y, sobre todo, en que se han convertido en una símbolo mediático de las fuertes críticas que está recibiendo este gobierno por una parte no desdeñable de la población.
Como decía, se han venido producido otras manifestaciones en el resto del país de signo radicalmente opuesto y no han recibido las mismas críticas. Incluso se han producido contra-manifestaciones a la misma hora y lugar, como en Alcorcón, y no han sido criticadas, aún siendo igual de ilegales y peligrosas para la salud publica, llegando incluso a ser alabadas por algunos como resistencia antifascista.
Es, repito, una cuestión de lucha ideológica, no legal o sanitaria.
No tan rápido. Estos últimos años han sido los años de las manifestaciones populares, y hay ejemplos más que variados para demostrar que han sido toleradas las de uno y otro bando.
Por cierto, llama la atención la hipocresía de quienes ahora asocian derecho de manifestación con movilizaciones no comunicadas y las defienden, mientras hace unos años despotricaban contra los perroflautas que invadían las calles ante la inacción de la policía.
Efectivamente. Y también me llama mucho la atención la hipocresía de los que ahora persiguen y criminalizan estas manifestaciones en contra del actual gobierno, cuando, no hace mucho, miraban hacia otro lado o directamente ensalzaban esas otras manifestaciones también ilegales, en contra de otro gobierno de distinto signo, a las que llamaron orgullosamente escraches o jarabes democráticos. Porque, y en esto estaremos de acuerdo, la Ley Orgánica 9/1983 no distingue entre manifestaciones rojas o azules, sólo entre manifestación ilegal e ilegal.
Así que hipocresía en ambos bandos.
Sólo el que condenó o transigió con ambas manifestaciones no puede ser tachado de hipócrita. El resto, a coger su ticket para la cola del tremendo zasca.
#91 Seguramente. Pero el esfuerzo que realizas lo aplicas sobre tu familia y este señor lo hace con desconocidos. También hay que valorarlo. Yo con mi familia no escatimaría, pero con desconocidos la cosa cambia.
#85 No sé por qué cuando se dice que alguien tiene una fortuna de X millones la gente piensa que tiene X millones en el banco. Pues no tiene por qué ser así. Es muy posible que la práctica totalidad de esos X millones sean en realidad la valoración de activos fijos como fábricas, tiendas y otros similares. Y esto en el caso de empresarios pues se debe de dar en la mayoría de los casos.
Es decir, si uno de estos empresarios quisiera donar la mitad de sus X millones tendría que desmantelar sus fábricas o sus tiendas. No parece muy razonable.
1) Propagan a los cuatro vientos que quieren una renta mínima.
2) Como no pueden pagarla, proponen que la paguen otros países.
3) Como esos países no querrán pagar ninguna renta mínima a otros, la cosa se quedará en nada.
4) Pero los que propusieron la renta mínima podrán decir que si no ha salido bien la cosa no ha sido por ellos, que han luchado hasta el último momento mendigando varios millones a los países ricos.
5) En Menéame los afines al partido podrán decir aquello de "veis, no todos los partidos son iguales", sin que les importe nada que la propuesta se finalmente se quede en ABSOLUTAMENTE NADA.
Pues sí, te doy la razón: no todos los partidos son iguales. Algunos tienen más cara que otros.
Y los hay que empiezan y terminan en un puñado de buenas intenciones que no llegan a ningún lado.
#8 Efectivamente, no se puede razonar con aquellos que se limitan a repetir las consignas y los eslóganes que dictan los partidos. No hay debate posible cuando a tu interlocutor no le interesa indagar en los asuntos, sino imponer su visión de las cosas, que no es sino la que le transmite su líder.
Pero, y he aquí donde quizás no estés de acuerdo conmigo, esta actitud sectaria no es exclusiva de un bando u otro. Afecta a todos por igual, aunque siempre tendamos a creer que los del bando contrario son los intransigentes y nosotros los razonables.
Y menéame es un ejemplo claro de lo que digo. El debate político es imposible por estos lares. Sencillamente no existe. Unos y otros lo hacen imposible; no dan su brazo a torcer bajo ninguna circunstancia y actúan como los que libran una batalla encarnizada a degüello: aquí no se hacen prisioneros y mucho menos concesiones. No se tienen en cuenta los argumentos que el enemigo traiga bajo su brazo, tan sólo importa la bandera que porte: si es la del enemigo declarado o presunto, se le machaca. Lo mismo si se sospecha que es afín al bando donde militan los mismísimos demonios. Los equidistantes, piensan, pueden ser incluso peores: lobos con pieles de oveja.
Y tan sólo hay que ver la extensión media de los mensajes que se postean aquí para confirmar lo que digo. No más de un par de líneas que se limitan, en el mejor caso, a afirmar algo sin aportar nada que lo justifique, o, lo que suele ser más habitual, una retahíla de algunos sustantivos y muchos adjetivos relativos al mal gusto, la ignorancia, la miseria moral del enemigo o la tristeza que provoca en nosotros oír argumentos propios del mismísimo Lucifer o Hitler. Pero ni un solo contraargumento. Solo descalificativos. Hace mucho que es difícil encontrar un meneante, de uno u otro bando, que aporte algo interesante en un hilo.
1. El Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo
Fue Zapatero el que lo propuso y el PP el que se adhirió, aunque con reticencias al principio. Cabe destacar que el PP fue el único partido que firmó el pacto propuesto por el PSOE, por lo que se podría pensar que fue el PP el que realmente mostró más espíritu de unidad, viendo que ningún otro partido se sumaba a una propuesta que no era la suya.
De todas formas, el espíritu duró poco: en los atentados del 11 de marzo ambos partidos se acusaron mutuamente de mentir y manipular.
2. Comisión Pacto de Toledo
No entiendo muy bien qué pinta esta comisión parlamentaria creada durante el gobierno de Aznar y que tiene una historia de 20 años en la que ha pasado de todo, incluyendo grescas antológicas. ¿Te refieres a algún episodio concreto?
3. Reforma Express Constitución.
Se realizó durante el gobierno de Zapatero con el apoyo del PP, por lo que puede decirse que fue el PP quien mostró ese espíritu de concordancia que estamos buscando, habida cuenta que podía haberse opuesto a la propuesta del gobierno y ponerles en un brete.
En el 4 y 5 puntos ahora sí nos encontramos dos casos en los que el PP formaba gobierno y necesitaba del apoyo del PSOE. Se podría hablar de los verdaderos motivos por los que ese apoyo fue concedido, especialmente en el caso de la abstención por parte del PSOE, pero vale, aceptamos barco.
Resumiendo: 2 casos de concordancia en 40 años. No está mal para el partido que inventó en España el cordón sanitario político cuya única finalidad era excluir al PP de la política española.
#9#2 Sería fácil desmontarle el argumento a zetapazzz. Sólo tienes que entregar una lista de ocasiones en las que el PSOE ha apostado por la concordia en aquellas ocasiones en que una crisis ha sometido al país.
En concreto, el dato del 30 de enero viene referenciado en el informe a esta página:
www.dsn.gob.es/es/actualidad/sala-prensa/coronavirus-covid-19-14-marzo
Es un copia-pega literal de los dos últimos párrafos.
Y, sorpresa, la fuente no es Ok Diario, sino el mismísimo Gabinete de la Presidencia del Gobierno.
Por tanto, ¿el gobierno es el que nos engaña?
¿Cómo os quedáis?