Soy empresario desde hace más de 10 años. Me fui de una casa con humedades y moho decidido a cambiar mi futuro y el de mi familia, y abrirle nuevas posibilidades a mis hijos, dándoles ejemplo de lo que el ser humano puede llegar a ver.
No llegué a la vuelta de la esquina porque no me llegaba para el autobús, así que fui al día siguiente.
Al día siguiente sí que salí preparado, con espíritu emprendedor, comiéndome el mundo, y con dinero para la L7. Me fui al registro mercantil, fundé una empresa y en menos de un año ya tenía en plantilla a 7 personas. Diez años después tengo otra empresa, porque bueno, esa quebró porque era de prueba, pero ahora somos 15, y por fin puedo decir que he triunfado en la vida, con mis retoños en una casa sin humedades y sin moho, y con mi santa madre que siempre me apoyó viviendo con nosotros (también la tengo empleada como Técnica de Limpieza del Hogar).
Con esto os quiero decir que ÁNIMO! Todo se consigue, sólo hace falta luchar y volverse a levantar una vez te caes!
Extraordinario invento. Mi madre sufría de Parkinson y era una auténtica tortura para ella y para todos, sobre todo para mi padre, que más de una vez le dió en los hocicos porque había derramado el café desde la cocina hasta el salón.
Una vez, trabajando yo en una acería, me vinieron a intentar cobrarme dos matones del frac por unos supuestos pagos a una tienda de pollitos. Me insultaron y me instaron a pagar de forma poco profesional. Pues resulta que en el juicio, tuve que pagar 600 euros de sanción, la multa del parking y de regalo una orden de alejamiento de la tienda de pollitos. Para que veáis la diferencia de justicia.
Esto pasa todos los días en Sudáfrica. De hecho, según la OMS los ataques por leones suponen la segunda causa de muerte de los sudafricanos. La primera es el ataque de bonobos.
Recuerdo cuando murió mi abuela. Le decíamos la Chica de Oro porque era igual de adorable que Rue McClanaghan, con sus arruguitas, sus "niño, que me meo! Traéme loh pañaleh!" Quizás os suene a risa, pero el amor que te da una abuela no te lo da un perro, o una iguana puestos al caso. Su piel acartonada, su aliento pútrido, sus manos anquilosadas por la precipitación de carbonato cálcico..., de verdad, era simplemente adorable.
Rue, descansa en paz y dale recuerdos a mi querida abuela.
No es una masacre. Las focas desarrollan endorfinas cuando se les arranca la gruesa capa de piel adiposa y se les golpea en cráneo con palas de punta de acero. Por eso crían tanto meses antes, para darnos el gusto de arrancarles la piel la tiras. Estos ecologetas...