Se ensañaron con los animales. Según el propietario de la granja, Demetrio Calviño, a algunos de los conejos «los ahorcaron con cuerdas, e incluso a otros los sumergieron en un pozo de agua para ahogarlos». Pero lo que más indignó al dueño de la finca fue el tratamiento que le dieron a otros conejos, «abriéndolos en canal, incluidas las crías», subraya Calviño.
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