Era un tractor John Deere, de un verde precioso. Un vecino de sa Pobla se encandió de él en cuanto vio su foto en un portal de internet. Contactó con el propietario y pagó una entrada de 500 euros. Debía encontrarse con el vendedor en el aeropuerto de Sevilla Y allá que fue, a por su tractor. Solo que a la cita en el aeropuerto no acudió nadie.
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