En febrero de 2012, ante las perspectivas laborales que le ofrecía España, Silvia decidió seguir los pasos de una amiga, que se marchaba a Chile por estudios. Su primer año en Chile, según explica Silvia, no ha podido ser mejor. "No me puedo quejar de nada. Desde que llegué a Santiago, he tenido buenas oportunidades laborales, con trabajos de gran importancia cultural y, además, he podido seguir formándome, ya que cursé un postgrado de Gestión Cultural del Patrimonio"
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