Tal y como están las cosas, con cerca de cinco millones de parados, hay quien empieza a pensar que tener trabajo es un lujo; se alegra de conservar el que tiene y acepta con resignación recortes y pérdidas de derechos adquiridos. Pero tener trabajo no es un lujo, es un derecho constitucional. No debería ser un lujo que este trabajo tenga una remuneración suficiente para satisfacer las necesidades del trabajador y las de su familia.
|
etiquetas: tener , trabajo , lujo