El Supremo estudiará de nuevo si una persona que ejerce un cargo público y recibe dádivas o regalos en consideración a su función está cometiendo un delito de cohecho impropio. Decimos de nuevo porque el Alto Tribunal ya se ha pronunciado sobre esto en una sentencia del año 2008 que condenó por este delito a dos guardias civiles que acudían frecuentemente a una casa de citas sin pagar nada por razón de su cargo
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