Extraños sucesos tienen asustados a los empleados de la oficina del "coroner" (forense), ruidos de golpes, movimientos repentinos, y pasos en la morgue a altas horas de la madrugada donde se supone que sólo hay cadáveres. Los funcionarios achacan los sucesos al espíritu errante de una mujer llamada Ana cuyo cadáver paso más de un año en el congelador antes de ser identificado. Durante el traslado al cementerio, el coche fúnebre empezó a subir y bajar las ventanas por si sólo, incluso las puertas se cerraron solas y el motor paro. En inglés.
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