A Iglesias, que no conecta con Puente ni intermediando Juan Carlos Monedero, no le ha disgustado que el alcalde fuera el portavoz accidental del PSOE, sino que a éste le aplaudieran y le rieran las gracias, mientras que a él lo crucificaban cuando era líder de Unidas Podemos, y besaba a Xavier Doménech en el hemiciclo ante el espanto del exquisito Luis de Guindos o recordaba los GAL de Felipe González a la bancada del PSOE. Hay gente, no obstante, tanto entre el público de Sánchez como en el de Iglesias a los que Puente conquistó este martes.
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