La gente inteligente resulta menos atractiva sexualmente hablando y posee la libido menos activa, por lo que tampoco les mueve demasiado el deseo de practicar las artes amatorias. Además, por lo visto los niveles bajos de testosterona ayudan al hombre, en particular, a no pensar tanto en el sexo, lo cual resulta favorable para el desarrollo de la inteligencia.
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